Las Panteras volvieron al trabajo este lunes, en la recta final de la preparación para el Premundial que se disputará en la altura de Arequipa, en Perú, a mediados de octubre. Será el último compromiso del año para la Selección Mayor Femenina y también el más importante y exigente, de acuerdo al análisis de Yamila Nizetich en la previa de la competencia.
Nizetich arribó este domingo de Italia, en el primer paso de su regreso al equipo nacional en esta temporada. La cordobesa había sufrido una lesión promediando el año, luego del Masters de Montreux y en época de Copa Panamericana, por lo que recién ahora vuelve a «ponerse el chip de la Selección», según sus propias palabras.
Argentina atraviesa una semana de entrenamiento en el CeNARD y de ahí se trasladará a Jujuy, para afrontar una adaptación especial en la Quebrada de Humahuaca, a lo largo de una nueva semana de trabajo antes de partir a Perú. Es que Arequipa, la sede del Premundial, está a poco más de 2300 metros sobre el nivel del mar, altura que se presenta como un factor de cara al torneo que jugarán Argentina, Perú, Colombia y Chile.
Sobre las expectativas personales y colectivas y la dificultad del certamen, Nizetich declaró: «Obviamente, estoy con muchas ganas de volver a vestir la celeste y blanca. Tenemos el objetivo de clasificar, pero sabemos que será un torneo durísimo. Perú viene preparándose muy bien, contra equipos de Superliga brasileña, así que será un rival muy duro». Y además del local, también estará Colombia, otro adversario de cuidado, que contará con el peso de Madelaynne Montaño en la ofensiva.
Más allá del compromiso inmediato, Nizetich, que pasó por el programa radial Morgan Lo Hizo apenas aterrizada en Argentina, habló sobre su nueva etapa en Pesaro, la cual será su foco luego del Premundial. «Estoy muy feliz. Como ya había dicho, era mi sueño jugar en Italia, y una vez que llegué vi que era todo como lo soñaba.»
Si bien se trata de su primera vez en una Liga de semejante peso como la italiana, recibió la sorpresa de ser designada como la capitana del equipo, en una nueva etapa de Pesaro ya que está haciendo su regreso a la Serie A1. «Fue la frutilla del postre. Lo decidió el entrenador, que se lo comunicó a la presidenta antes de contarme a mí y después al equipo. Me dijo que le bastaron dos semanas para darse cuenta cómo puedo liderar el grupo, el impacto que había tenido desde que había llegado, y que para él yo soy la que puedo representar al equipo con lo que el quiere transmitir», relató.