La División de Honor lleva disputada casi la mitad de la fase regular ya y, sin dudas, hay un equipo revelación teniendo en cuenta que proviene de la Primera: Estudiantes lleva 7 de 7 y así igualó lo hecho por Morón en 2015 con la diferencia a favor que lo hizo prácticamente con el mismo plantel que logró el ascenso.
Estudiantes logró triunfos en sets corridos contra River, Bella Vista y Club Italiano, en cuatro sets frente a Estudiantil Porteño y UBA y en tie break contra Hacoaj y Ferro. De esta manera, acumula 19 puntos sobre 21 posibles y es el único invicto que resta en la competencia. El próximo miércoles tendrá una parada difícil para sostener ese record cuando reciba a Ciudad, que hasta el momento ganó cinco de los seis partidos que jugó.
El Pincha había jugado en la División de Honor en 2016 y en 15 fechas había sumado 13 puntos que lo llevaron a jugar el Play Out y allí no pudo sostener la categoría y descendió.
El año pasado, Estudiantes (que además lleva cuatro participaciones al hilo en la A2) logró el ascenso a la División de Honor en una campaña en la que disputó 29 partidos, ganó 27 y sólo perdió en dos ocasiones.
En dicho equipo jugaban en el equipo titular Juan Pablo Hatrick, Marcos Marzano, Esteban Martínez, Joaquín Kolevich y Juan Pablo Ferraris, cinco de los actuales titulares en el plantel que juega en la División de Honor. En tanto, ya no están Ignacio Ibarra, Facundo Funes y Nicolás Monzón y sólo se sumaron dos refuerzos: el armador neuquino Gabriel Aramayo y el punta chaqueño Mariano Vildosola.
El único antecedente en los últimos diez años que iguala lo hecho por Estudiantes es Deportivo Morón, que logró el ascenso a fines del 2014 y en 2015 ganó sus primeros siete partidos. No obstante, en aquel equipo de Morón había nombres de la talla de Luis Gorosito, Iván Castellani, Leo Plaza Gandini, Diego Fernández y Víctor San Martín, entre otros, en un club que se armó para pelear el título.
Otros de los ascendidos que hicieron buenas campañas son Campana y Lomas de Zamora. En el primer caso, ascendió también en 2014 y en 2015 ganó seis de sus primeros siete partidos. En tanto, Lomas salió campeón en su primer año en la máxima categoría (2014). Pero, al igual que Morón, en todos esos casos lo hicieron con planteles renovados con respecto a los que jugaron en Primera.
En tanto, en los últimos años resulta más marcado cómo a los equipos ascendidos les cuesta jugar en División de Honor. En 2016, en siete fechas, Ferro sumaba sólo 1 punto, UBA 2 y San Lorenzo 6. En 2017, sobre 21 puntos posibles, ULP tenía 5 y Hacoaj y Bella Vista 6 con sólo dos partidos ganados cada uno. Incluso, en este 2018, UBA y Estudiantil Porteño ganaron uno de siete encuentros y Ferro rompe un poco esa estadística con cuatro triunfos.
Sin dudas y aunque todavía le falta jugar con varios favoritos, Estudiantes de La Plata pisó fuerte en la División de Honor con una racha que marca precedentes, pero su objetivo no deja de ser otro que mantenerse en la máxima categoría teniendo en cuenta que este año hay cuatro descensos.
María Eugenia Candal
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