Había sólo 5 minutos. El riesgo era bajo. Dante siempre dijo… “Va a decir que sí”. Agostina también… “Va a decir que sí”. Argentina, Las Panteras, y Estados Unidos, salían a la cancha a las 19:45 para el último partido del último weekend de la Liga de las Naciones en la UTN de Santa Fe. Y a las 19:40 todo empezó. Silvina fue elegida en un falso concurso de baile y ahí estaba, en medio de la cancha, dispuesta a llevarse el premio. Luces, efectos, toda la atención del público allí.
Dante, escondido. Agostina, espiando. El público -estadio lleno- disfrutaba la música y el baile, pero no sabía qué iba a pasar. Los profes del IPEF de Santo Tomé, Jorgelina y Marina con sus pelucas argentinas, el DJ, la animación, la FIVB, la TV, los supervisores, la organización… Todos estaban al tanto de lo que iba a pasar.
Silvina ni siquiera sabía que Dante estaba en Santa Fe. Cuando el novio estacionó el auto en las inmediaciones del estadio, increíblemente visualizó el auto de su suegro, y vio a la familia camino a la cancha. «Me tuve que esconder detrás de un auto, no lo podía creer».
“Andas en mi cabeza nena a todas horas…” sonaba. Silvina Soria bailaba con la animación. Y por detrás, el tucumano Dante apareció, la rodeó, la abrazó y se arrodilló frente a ella para pedirle matrimonio.
Todo en los 5 minutos permitidos por el protocolo FIVB, la TV mundial, la organización local. Silvina dio el “Sí” y explotó el “Monster Block” y la emoción de un público que, sin conocerlos, se identificó de inmediato con la historia de Silvina Soria (la hermana de la Pantera Agostina) y Dante Sirimaldi. La emoción fue total. Todos querían abrazarlos. Todo funcionó a la perfección y el vóley concretó una historia de amor en un momento inolvidable.