Por primera vez, el Club Once Unidos de Mar del Plata se vistió de anfitrión y le dio vida al Abierto Sub 17 masculino y femenino que comenzó el viernes, tuvo una maratónica jornada de acción este sábado y conocerá a sus primeros campeones de las Copas de Oro y Plata en ambas ramas, el domingo.
Aunque las inseguridades de principiante por miedo a lo desconocido sobrevolaron por la cabeza de los organizadores, todo marcha sobre ruedas en el torneo que lleva adelante la institución verde y blanca. Más aún con una extensa y apropiada infraestructura que ayuda e invita a ilusionarse a futuro –por qué no- con nuevas ediciones del certamen.
Los 34 equipos participantes (23 de mujeres y 11 de hombres) repartieron su actividad en las sedes que forman parte del campeonato, ambas ubicadas dentro del mismo club. Por un lado, el enorme polideportivo en el que todos aquellos que se pararon en el centro del mismo pudieron disfrutar de un “efecto 360°” de voley: cuatro canchas, una a continuación de la otra, donde se disputaron en simultáneo la gran mayoría de los partidos de la fase de grupos y los encuentros que completaron las llaves finales. Además, el estadio principal albergó interesantes duelos, entre ellos el clásico entre el local y Mar Chiquita A, y será el escenario de las definiciones en la última jornada del Abierto.
Lo cierto es que el invernal frío marplatense se contrarrestó con la sangre caliente de los chicos y chicas que hicieron volar la pelota de voley por todos los rincones del Once Unidos y que batallaron largas horas por ganarse un lugar en las finales.
En la rama femenina, las semifinales de la Copa de Oro las protagonizarán Once Unidos A que se enfrentará ante Mar Chiquita A, mientras que Olimpo hará lo propio frente a Tortuguitas A. Por su parte, los que irán por un boleto para la final en busca de la copa más deseada en la rama masculina son: River-Mar Chiquita A y Once Unidos A-Italiano.
Sólo resta esperar por un domingo en el que la siempre linda Mar del Plata regale las últimas emociones de un torneo que llegó y sembró buenas semillas para quedarse.
Rocío García
Desde Mar de Plata