Asistente técnico durante dos ciclos olímpicos, con presencia en las Olimpiadas de Pekín 2008 y de Londres 2012, John Speraw asumió el mando de la selección masculina de Estados Unidos en 2013 para dirigir al equipo hasta Río 2016. Los resultados fueron considerados tan buenos por USA Volleyball (organización que administra el voleibol en EEUU) que su contrato fue extendido hasta Tokio 2020.
Bajo el mando de Speraw, el equipo ganó la Liga Mundial 2014 y la Copa del Mundo 2015. En los Juegos Olímpicos de Río de 2016, los estadounidenses se quedaron con la medalla de bronce. Argentina ya ha cruzado su camino varias veces. En el marco del Campeonato Mundial 2018, del 9 al 30 de septiembre, en Italia y en Bulgaria, el entrenador estadunidense no olvida, ni podría, la eliminación hace cuatro años, en el Mundial disputado en Polonia, cuando fueron despachados de forma precoz por Argentina. “Nosotros no los subestimamos. El sistema ofensivo argentino trabajó muy bien ese día y nos causó muchos problemas”, recuerda.
Él dice que la albiceleste está entre los grandes rivales de EEUU. “Para mí, Argentina será siempre un adversario memorable y no es sólo debido a nuestra eliminación en 2014, pero por otros enfrentamientos importantes.” Los centrales Sebastián Solé y Pablo Crer, además del punta Facundo Conte, están entre los jugadores argentinos que admira, pero es para Luciano De Cecco que él no ahorra elogios. “Es un armador formidable, con mucho ingenio. Además, De Cecco es un buenísimo sacador”, afirmó.
Cuando no está con la selección, es entrenador en el voleibol universitario estadounidense. Desde el 2012, dirige el equipo de varones de la UCLA y antes, del 2002 al 2012, estuvo al frente de la UC Irvine. Durante el período en que fue asistente en la selección principal, tuvo también la oportunidad de entrenar selecciones juveniles y equipos B en el adulto.
Desde Anaheim, California, en el centro de entrenamiento de la USA Volleyball, Speraw concedió, por teléfono, una entrevista exclusiva a Somos Vóley. El entrenador habló también sobre los favoritos para el Mundial 2018, la reanudación del voleibol ruso, la apuesta por nuevos talentos y el equilibrio en el escenario internacional.
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– A lo largo de esta década, el escenario en el voleibol masculino está más equilibrado que en la anterior. Sería posible, por ejemplo, señalar seis o siete selecciones que tendrían condiciones de quedarse con el oro en el Mundial 2018. ¿Es una situación animadora para los EEUU, que no suben en el podio de esta competición desde 1994, o apenas añade más presión sobre tu equipo, que es uno de esos favoritos?
– De hecho, hay un equilibrio muy grande entre las selecciones, diferente de la década pasada, cuando Brasil ganó la mayoría de los grandes torneos. Pero sobre ser hoy uno de los favoritos, eso no nos presiona. Tenemos que concentrarnos y ejecutar nuestro juego. En cuanto a este equilibrio, con márgenes tan pequeños entre los equipos, un equipo no tan fuerte puede muy bien ganar de un favorito, si ese otro no está muy bien.
– Estados Unidos tiene sólo un título mundial, conquistado en 1986. Después del bronce en 1994, nunca más hizo una buena campaña en el torneo. A esta altura del actual ciclo olímpico, el Campeonato Mundial es una de las prioridades de la selección estadounidense o sólo parte del camino a Tokio 2020?
– Hace parte de nuestra mentalidad enfocarse en las Olimpiadas, es el punto más alto, pero tomamos en serio cada torneo. El Mundial es una competición muy difícil, larga, que exige ser encarada paso a paso. Teníamos una gran expectativa en el Mundial 2014, pero salimos más temprano, era un equipo muy joven. El equipo de Estados Unidos que fue a Río de Janeiro en 2016 era nuestra selección más joven en participar en una edición de los Juegos Olímpicos. Hoy, dos años después, el equipo sabe lidiar mejor con diversas situaciones, ha acumulado experiencia y puede conseguir un buen resultado en el Mundial.
– ¿Qué selecciones ves como favoritas para el Mundial?
– En primer plano, coloco a Rusia, que está en nuestro grupo. No digo eso sólo por haber vencido a la Liga de las Naciones, sino por la forma en que jugó en las finales, un nivel por encima de los demás. En seguida, sin dejar de considerar ese equilibrio sobre el que hablamos antes, hay Francia, que desde hace años viene jugando de forma muy consistente, un voleibol de alta calidad. Hay varios otros equipos fuertes, como Brasil, Italia, Serbia, Polonia. Hay equipos cuyo estilo de juego se adapta con facilidad al nuestro y que siempre nos complican, como Argentina e Irán.
– ¿Qué aspectos te impresionaron tanto en el voleibol presentado por los rusos?
– Es un equipo muy joven y que actúa de forma madura, demostrando que el trabajo en la base fue meticuloso, un ejemplo a ser seguido por todo el mundo. El bloqueo continúa fuerte, característica de la escuela rusa, pero combinado con una defensa muy bien estructurada, en la que todos tocan la pelota. Este nuevo líbero (Aleksei Kabeshov) de ellos es fantástico, tiene una presencia espectacular en la defensa.
– ¿La forma en que los rusos, tanto en el Europeo 2017 y principalmente en las finales de la Liga de las Naciones 2018, se organizan en el contraataque, beneficiándose de esa fuerte relación entre bloqueo y defensa, viene resultando en un aprovechamiento más alto que el promedio de las demás selecciones?
– Sí, ellos mostraron un aprovechamiento muy alto en los contraataques. Es un equipo que ya venía de un título en el más fuerte de los torneos continentales el año pasado y que mostró mucha fuerza en la Liga de las Naciones este año. El entrenador (Sergei Shliapnikov) apostó por la renovación, pero mantuvo piezas clave que aportan experiencia, como el central (Dmitry) Muserskiy, que está jugando un voleibol de alto nivel, además del opuesto (Maxim) Mikhaylov.
– Hace cuatro años, en el Mundial disputado en Polonia, Estados Unidos fue precozmente eliminado, cayendo en la segunda fase. Ahora, una vez más, el equipo cayó en el grupo más difícil y de nuevo los resultados se llevan a la siguiente fase. ¿Ante ese escenario, usted teme caer temprano de nuevo?
– Mi comisión técnica y yo hemos aprendido mucho desde entonces. Hoy también tenemos un equipo bastante diferente de aquel, con más rodaje. Muchos equipos evolucionaron, pero el nuestro también. Será un torneo complicado, luego en la primera fase vamos a enfrentarnos a rusos y serbios, esos resultados se llevan adelante, nuestra colocación puede colocarnos en un grupo más fácil o difícil en la segunda etapa. Tenemos que estar muy concentrados para evitar un revés.
– Fue justamente Argentina que sacó a Estados Unidos en el Mundial 2014. ¿El equipo estadounidense, que para avanzar sólo necesitaba ganar al equipo argentino ya eliminado, subestimó al adversario? ¿Qué sucedió en aquel partido que perdieron por 3-2?
– No, nosotros no los subestimamos. El sistema ofensivo argentino trabajó muy bien ese día y nos causó muchos problemas. Algunos de nuestros titulares no estaban muy bien y los que vinieron de la banca no pudieron ayudar. Argentina puso mucha presión, mérito del entrenador (Julio) Velasco y de sus jugadores, que estaban extremadamente motivados, aunque no tuviesen más posibilidades en el campeonato.
– Argentina es un adversario que ustedes enfrentan constantemente. ¿Cómo evalúa el voleibol masculino de Argentina? ¿Sus principales cualidades y debilidades?
– El punto débil es el aspecto físico porque no es un equipo muy alto, entonces eso interfiere en su desempeño, pero los argentinos buscan compensar con mucha técnica. En particular, me gusta mucho la manera en que maximizan sus habilidades para compensar la poca estatura. Es un voleibol refinado. Ellos saben muy bien que no son grandes como los rusos, por ejemplo, entonces encuentran una forma de actuar que los hace competitivos, ganando incluso de la propia Rusia en los Juegos Olímpicos de Río. El voleibol argentino está marcado por un gran control de balón.
– Si miramos a los grandes torneos desde los años 1980, cuando tanto los Estados Unidos y Argentina despuntaron, estas dos selecciones hicieron partidos muy disputados entre sí en varias grandes competiciones. Es el caso de la Copa del Mundo 1985 y de los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, cuando Estados Unidos tenía el mejor equipo del mundo y tuvieron ante Argentina sus partidas más difíciles en esas competencias. ¿Ves a Argentina como un adversario tradicional? ¿Hay rivalidad?
– Sin duda los argentinos tienen historia en la modalidad, con podio en Mundial y Olimpiada, y desde que las dos selecciones crecieron, ellos siempre nos han creado problemas, con algunos partidos memorables, como los que citaste. Tenemos algunas rivalidades muy grandes contra algunos equipos, como Brasil, Rusia, Italia, Polonia… Hay equipos que siempre nos complican y encienden una rivalidad también, como Argentina e Irán. Para mí, Argentina será siempre un adversario memorable y no es sólo debido a nuestra eliminación en 2014, pero por otros enfrentamientos importantes.
– ¿Cuáles?
– Cuando tuve mis primeros partidos oficiales como entrenador de la selección, en 2013, el adversario fue justamente Argentina. Los dos partidos en el fin de semana de apertura de la Liga Mundial – ganamos una y perdimos la otra, ambas por el marcador de 3-1. Además, nuestro último partido de la Copa del Mundo 2015, para confirmar el título, fue ante los argentinos. Ganamos por 3-1, fue un partido muy disputado. No creo que ninguno de los dos equipos haya jugado tan bien ese día, pero fue emocionante.
– Destacaste la habilidad de los jugadores argentinos. ¿Hay algunos de ellos entre los atletas que admira?
– El punta (Facundo) Conte y los centrales (Sebastián) Solé y (Pablo) Crer son excelentes. La Argentina tiene a (Luciano) De Cecco, que es un armador formidable, con mucho ingenio. Además, De Cecco es un buenísimo sacador. La selección argentina es un equipo agradable de ver por la belleza de su juego.
– Estados Unidos envió un equipo B para tres amistosos contra los argentinos. ¿Hay muchos jóvenes prometedores siendo preparados por ustedes?
– Sí, tenemos una base muy buena y vamos a cosechar frutos por un buen tiempo. No se puede pensar en mantener la competitividad y descuidar la base. En nuestro caso, las high schools y las universidades. En ese equipo que estuvo en Argentina habían jugadores que fueron bien en la Liga de las Naciones y que pueden formar parte del grupo que va al Campeonato Mundial, como el central Jeffrey Jendryk y el punta T.J. DeFalco. Otro equipo, también con jugadores jóvenes, va a disputar la Copa Panamericana en México a finales de agosto, buscando una plaza para los Juegos Panamericanos 2019. Tenemos muchos talentos, pero claro que ellos necesitan ser lapidados.
Sidrônio Henrique
Especial para Somos Vóley