Recién había terminado el tercer set de Jujuy Vóley en la primera final contra Ateneo y ansioso por saber lo que pasaba en San Juan preguntó cómo iba Obras-UPCN, en ese momento 2-1 abajo. Los padres, Yeyo y María, sufrían en el Cantoni mirando la cuarta semi al mismo tiempo no dejaban de estar atentos a las noticias que llegaban desde Jujuy. Sin dudas, la familia Sánchez vivió este sábado una noche inolvidable en el día que Matías llegó a la final con su querido Obras y Nicolás está jugando por segundo año consecutivo la definición de la A2.
“Está muy bueno estar jugando las finales juntos”, destacó Matías, que agregó: “Apenas terminé de festejar fui a ver cómo había salido mi hermano. Lo lindo es ver a mis viejos queriendo ver las dos finales, no poder y joderlos con eso, pero estoy muy contento por estar viviendo este momento y feliz porque él llegó a una final cuando nadie lo esperaba”.
Nicolás, el mayor con 30 años y quien también lo primero que hizo cuando terminó la primera final ante Ateneo fue preguntar cómo había salido Obras, dijo: “Sinceramente pienso en mi vieja y mi viejo, que son los que nos enseñan el vóley y deben estar mucho más felices que nosotros”.
“Es muy cierto eso de que estamos pendientes uno del otro, nos llamamos antes de los partidos, nos escribimos todo el tiempo, nos aconsejamos y nos tranquilizamos”, completó el mayor de los hermanos. Está a la vista que es una relación que trasciende el título de hermanos, son compañeros de vida.
Además de pensar rápidamente en la palabra “vóley” al escuchar el apellido Sánchez, sin dudas a lo otro que se remite automáticamente es a Obras de San Juan, que hoy vive un presente inolvidable al llegar a la final de la A1.
“Es un sueño, llegar a la final es increíble y es algo que vengo anhelando desde que tengo uso de razón, falta mi hermano acá, pero está presente todo el tiempo, me ayuda y escucha siempre. Ahora sólo queda disfrutar de este gran momento”, confesó Matías, de 22 años, quien agregó sobre las primeras sensaciones después del partido de este sábado: “Cuando Osni (Melgarejo) hizo el último punto no lo podía creer. Miraba a la gente, a mi papá, no sabía para dónde festejar, si reír o llorar. También pensaba en mirar a la tribuna y ver a mi abuela. Todavía sigo sin poder creer que estemos viviendo esto con el club que tanto nos dio”.
“Es el mejor año de Obras de toda su historia: campeón de la Copa ACLAV, bronce en el Sudamericano y ahora en la final de la Liga. Si me lo hubiesen dicho antes tal vez no lo creía, pero ahí estamos todos más juntos que nunca y disfrutando”, aseguró Nicolás.
Justamente, Nicolás está jugando por una final por segundo año consecutivo y con Fundación Jujuy Vóley, un equipo que con trabajo y humildad se consagró campeón en 2018 y hoy otra vez está en la definición. “Después de salir campeón el año pasado, al menos de mi parte fueron más críticas que felicitaciones, obviamente por parte de mi familia y amigos fue al revés, pero mucha gente del vóley comentó que tuvimos suerte, que no iba a volver a pasar. Es por eso que llegar a esta final fue confirmar lo del 2018, demostramos que Jujuy Vóley puede estar en lo más alto así que personalmente y también en lo grupal estamos tranquilos, felices y satisfechos”.
La primera final de la A2 para Nicolás fue con resultado adverso ya que Ateneo ganó 3-2 en Jujuy y ahora la serie se traslada a Catamarca. “Sabemos que dejamos pasar una buena chance porque lo tuvimos para ganar 3-0, pero estamos tranquilos, dimos todo. Vamos a ir con la misma mentalidad y seguimos confiando en nuestro juego y en nuestro juego. No va a ser fácil pero sabemos que podemos darlo vuelta”.
Por su parte, Matías empezará a jugar la final de la Liga A1 el próximo viernes contra Bolívar, el favorito para muchos. “Para mí va a ser parejo, los dos basamos el juego en agredir desde el saque y con un ataque fuerte así que espero que salga una gran final, los dos tenemos grandes jugadores por lo que no dudo que se va a ver un gran vóley”.
María Eugenia Candal
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