Salió campeón otra vez con Bolívar, es cierto. Pero la vida le demostró que, quizás, no era lo más importante. En plena Liga Argentina, allá por noviembre, Alexis González superó el momento familiar más duro que podría imaginar después del accidente de Marianela, su esposa, en el auto en el que viajaban también Renato y Vicente, sus hijos. “Uno se preocupa por ganar partidos, campeonatos, y a veces te das cuenta de qué es lo verdaderamente importante”, dice hoy, “aun cuando todo vuelve a la normalidad, nuevamente quieras ganar”.
“Fue el año más duro, durísimo. Hasta me preguntaron si quería seguir jugando, me ofrecieron todo. Por eso estoy tan agradecido al cuerpo técnico y a Javier Weber. Pero a mí jugar al vóley me hace bien, lo disfruto. Y sabía que a mi familia le pasa lo mismo. Terminamos bien. Me di cuenta de que no todo es ganar. Nunca había vivido una situación así, y lo que pasó me hizo pensar en las cosas en las que me preocupaba. Hay cuestiones más importantes que el deporte”, reflexiona hoy.
Alexis González va por una nueva temporada en la Selección, ahora con Marcelo Méndez como entrenador. En forma indirecta, con muchos condimentos y años en la corriente del río, el líbero ex River, Son Amar Palma, Tours y Rennes en Francia y Dínamo Moscú, entre otros, tuvo mucho que ver en este presente de Méndez.
Allá por 2004 fue quien recomendó al entonces entrenador de River para el cargo de asistente en Son Amar Palma de Mallorca. Desde allí la carrera de Méndez transitó entre títulos (8 en España), Selección española y hasta los 34 festejos con Sada Cruzeizo de Brasil, que llegó a ser el mejor equipo del mundo.
Alexis dice: “Siento cierto orgullo de su llegada a la Selección. Él construyó su oportunidad con todo lo que hizo. Es muy lindo tenerlo como entrenador acá, ahora, porque fue él quien me hizo debutar en River en Primera, contra la UBA en 1999”. Eran años del River campeón de Liga. “Lo recomendé en Son Amar porque se dio la oportunidad, porque es un gran entrenador; después el trabajo lo hizo él”, resume. Y desea: “Ojalá pueda seguir creciendo en la Selección”.
Alexis ya es un jugador de época con la celeste y blanca. El ciclo más consolidado después de Pablo Meana en ese rol desde que llegó en el 2002. Y mantiene la motivación intacta: “Uno a esta edad está atento al día a día. Lo que me mueve es la pasión y la posibilidad de tener desafíos”.
Se perderá la primera parte de la temporada de Selección por una lesión y aprovechará el tiempo para la recuperación plena. Por lo tanto, la VNL quedará en otras manos. Sin embargo, allí está el el Preolímpico como meta, como gran desafío propio y grupal, en un año cargado de competencia.
Seguirá en Bolívar una temporada más. Pero suena convencido cuando dice “River es mi club de vóley, ojalá pueda volver porque estoy seguro de que mi último año será en River, allí me voy a retirar”.
Su lógica sobre la vigencia es simple y potente. “Ganar otra Libertadores, otra Liga. No pienso más allá. Siempre tuve grandes entrenadores y jugué en equipos que tenían que ganar. Eso siempre me renovó. Quizás si hubiese jugado en otros equipos me habría retirado hace años”.