No podíamos faltar. Somos Vóley, desde su nacimiento, intentó reconstruir historia, valores, identidad del vóley argentino, para saber de dónde venimos.
Diego Arribas, nuestro fundador junto a David Fajn, ex jugador de Liga y de Selección, asistió al reencuentro del vóley argentino vivido el pasado sábado con particular llamado de ADN, en su condición de parte de la historia pero, sobre todo, de hijo de Carmen Carbonel, ex capitana de la Selección Argentina.
En primera persona, Arribas nos cuenta un sábado inolvidable, pensado para no olvidar:
“No fue un sábado más para el vóley argentino. Por primera vez y por iniciativa de unos ‘locos’* amantes del vóley, después de casi un año de trabajo entre idas y vueltas, se realizó una reunión que convocó a los jugadores de las selecciones femeninas y masculinas desde 1950 a 1982”.
*N de la R: Esos locos conformaron un equipo de trabajo compuesto por Norberto Gagliardi, Juan Carlos Enseñat, Julio Sorrequieta, Cristina Zupan, Silvia Musante, Gabriela Gerard, Buby Wagenpfeil y Daniel Rapacini.
“La convocatoria fue tan genuina que vinieron jugadores de selección de todos lados, no sólo desde las diferentes provincias sino desde el exterior, de Holanda, Estados Unidos, Italia, como el caso de Luis Laudonio que llegó desde Catania, Italia, después de tantos años de estar viviendo allá. Con su acento italiano me dijo… ‘Ne loco me perdía questo evento de jugadores de selección’.”
“Haber participado de ese encuentro fue una de las mejores cosas que me pasó fuera de la cancha, ver en un mismo lugar a varias generaciones de jugadores que dieron todo por la celeste y blanca no es común”.
“A pesar de haber sido invitado por mi función en ACLAV (N de la R: Director de Competencia de la Asociación de Clubes de la Liga Argentina de Vóley), en esa fiesta tuve el orgullo de participar como ‘hijo de’ (Carmen), lo que me provocó una infinidad de recuerdos, esos entrenamientos en los que uno era el que alcanzaba pelotas, cargaba el agua, ayudaba en todo lo que a mi edad podía, siempre esperando para ser el orgulloso alcanza pelotas en los partidos oficiales”.
“Ver caminar por el salón a tantos cracs de cada década fue emocionante. Frases como ‘qué hacés tanto tiempo’, ‘te acordás cuando nos fuimos de gira en el año…’, ‘estábamos todo el día entrenando’, ‘¿Fue en el Sudamericano o en el Mundial?’ sin dudas fueron denominadores comunes del encuentro”.
“Muchos de ellos siguen en el vóley como entrenadores, dirigentes y como padres de actuales jugadores de selección. Imagino que cada uno de los que estuvieron en esa fiesta, vivieron diferentes sensaciones, pero no dudo que a todos les generó un aluvión constante de recuerdos, anécdotas de viajes, momentos insuperables por haber vestido y defendido los colores de nuestro país”.
“Escuchar casi al final a Alcides Márquez a sus 95 años, la historia viva de nuestro deporte, contando como fue su primer contacto con el vóley allá por los años ’40, de la creación junto con unos amigos del club Plus Ultra en 1942, de sus interminables giras por el interior del país solo para jugar al vóley, fue un broche de oro, un buen resumen de tanta historia”.
Diego Arribas