#SVHistorias La dinámica de lo impensado: Convertirse en campeón del mundo en una semana

by Sergio Lopez
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¿Cómo ser campeón del mundo en una semana, sin prepararse, sin entrenar y jugando a algo que nunca jugaste? Juntándose para hacerlo. Eso podrán decir Sebastián Fernández, Fabrizio Satriano, Leandro Aveiro y Ramiro Núñez, ganadores tiempo atrás de la medalla de oro en la 3° y última etapa del Circuito Mundial de Snow Volley en San Carlos de Bariloche, el primer tour mundial de la historia en la especialidad.

Deporte novato en la Argentina, practicado por las triples medallistas de bronce Virginia Zonta, Cecilia Peralta, Julieta Puntín y Eugenia Túliz (en Austria, Italia y Argentina), el equipo masculino (Argentina 2) fue la avanzada de la primera representación argentina en la nieve, junto con Mauro Zelayeta, Ian Mehamed, Bautista Amieva y Santiago Aulisi (Argentina 1) y Adrián Gayoso, Mariano Destri, Julián Sánchez y Enzo Maggiolo (Argentina 3). 

“La historia del equipo surge de una charla con Nicolás Capogrosso, con una loca idea de armar un equipo de Snow Volley. No sabía a quién decirle, él me recomendó los nombres, así que hablamos entre todos y todos aceptamos rápidamente; Nico fue un gran promotor”, cuenta Sebastián Fernández, el hombre que vivió un sueño.

El primero en aceptar fue Satriano, compañero de torneos de Seba Fernández en el beach volley rosarino, igual que el rosarino Núñez, más volcado al piso en plenas finales de la División de Honor Metropolitana.

“A veces escucho que dicen que no hay palabras para describir un momento. Bueno, creo que es verdad. Es inexplicable, es hermoso. De la forma en que se dio, sobre todo. Llegamos para hacer turismo deportivo y terminamos como campeones del mundo. Muy inesperado. Fuimos tomando confianza y partido a partido traté de no pensar en presiones; fue una experiencia maravillosa”, cuenta Fernández.

“Mami, soy campeón del mundo”, le escribió Leo Aveiro a Laura, su mamá. Por estos días el chico de Tunuyán celebra los 5 años del máximo logro de su carrera, la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud Nanjing 2014. Pero ahora lloró porque volvió a sentir esa sensación única de representar a la Argentina en cualquier circunstancia. “Sabés la cantidad de veces que lo soñé”, decía. “Cumplí uno de mis mayores sueños”.

“Felicidad pura”, dice Núñez. “Cuando lográs algo impensado, que no estaba en tus planes, viviendo una experiencia única y representando al país, todo te sorprende. Y fue de las más lindas sorpresas de mi carrera, aunque costó esfuerzo cada partido”, dice el jugador de Lomas en la División de Honor.

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