Yael Castiglione, con dos años de inactividad, no tenía la palabra “volver” en su radar. El objetivo cumplido en Río 2016 en parte puso a tope las energías y también la descarga. Había decidido ser mamá. Nacieron Emma y Thiago, que ahora están en el centro de todas las decisiones.
Confiesa: “Me costaba mucho imaginarme en una rutina fuera de los bebés”. Pero claro, del otro lado su compañero, papá, ex jugador y representante, incentivó. “Es un gran desafío, no sólo a nivel familiar sino también a nivel deportivo/personal. Si no hubiera sido por Marcus, no lo hubiera no siquiera pensado”.
Marcus es Eloe, el más argentino de todos los brasileños que jugaron la liga acá. Zurdo, punta picante, procurador… Y su pareja. La logística es un tema. Incluirá niñeras, claro. “Desde que nacieron los mellizos no me separé más de 2 horas. Viajaremos con ayuda; Marcus es un gran padre igual”, dice.
Después de dos años sin jugar su meta ahora, con motivación intacta mediante, es “volver a disfrutar de jugar al vóley y sentir esa adrenalina que se siente en cada partido”. Y, por supuesto, el sueño: “Me encanta la idea de que nuestros hijos me vean jugar.”
El inicio de la operación retorno puso en contraste su felicidad con la de los melli. “Me di cuenta de que nada que a mí me haga feliz o nada que necesite hacer vale más que la felicidad y bienestar de los hijos. Al principio pensé en parar y volver a mi rutina junto a ellos, pero gracias a Marcus, un súper papá, y a toda la gente del club Renata Valinhos, que nos están ayudando muchísimo en la logística, vamos encontrando la vuelta a esta nueva etapa”.
