La pandemia de coronavirus (COVID-19) no sólo puso en suspenso al calendario deportivo mundial casi por completo. En alguno casos, desencadenó la cancelación de torneos ya comenzados a los que les quedarán las emociones a mitad del camino, que se tendrán que privar de abrazos triunfales y que ya no tendrán campeón. Eso le ocurrió a la Liga Femenina Argentina y al Torneo Argentino de Clubes, luego de la decisión que tomó la FeVA de dar por culminada la competencia a raíz de la extensión del aislamiento obligatorio que rige en el país.
Las sensaciones son ambiguas entre los equipos participantes de la Liga Femenina y viajan desde la lógica por la determinación de cancelar el campeonato ante la emergencia sanitaria, a la tristeza de sentir que todo el esfuerzo realizado y la preparación perdió sentido.
«Siempre pensé que sería algo de un mes y quizás se podía volver a retomar la Liga, pero ahora que entendemos cual es la situación, creo que es lo más lógico y lo que había que hacer», opinó Lucila Bergé en diálogo con Somos Vóley. En la misma sintonía, Martina Delucchi contó que en Estudiantes de La Plata se enteraron de la suspensión momentánea de la actividad en medio de un entrenamiento y desde allí empezaron a vislumbrar el desenlace final: «Hablamos con las chicas, y por como estaban las cosas, la mayoría sabíamos que iba a ser para largo el tema del aislamiento. Casi todas creíamos que era una locura que la Liga siga después de tanto tiempo de parate».
El campeonato femenino había completado la Fase de Grupos y ya estaba listo para el arranque de la segunda ronda. «A nosotras nos puso muy tristes porque veníamos preparándonos muy bien y creo que estábamos encontrando nuestro nivel», indicó la punta receptora de Gimnasia y Esgrima La Plata. Y desde la vereda de enfrente, la punta del Pincha, que fue una de las jugadoras destacadas de la primera rueda, añadió: «Todas estamos medio frustradas porque se suspendió. Es un esfuerzo enorme de las jugadoras y de los clubes desde la parte económica, y que todo ese esfuerzo haya sido para nada es bastante molesto».
Ante la incertidumbre de no saber cuándo volverán las cosas a la normalidad, tanto Gimnasia como Estudiantes eligen ser cautelosos y esperar a cómo se desarrolle la situación sanitaria para pensar con claridad los planes a futuro. «Estamos todos esperando a ver como se van dando las cosas en el país y el mundo. Pero sin dudas que apuntaremos al Metropolitano si es que las actividades se retoman. Nuestro objetivo seguirá siendo el mismo que el de la Liga: afianzarnos como grupo y como equipo, ir buscando nuestra mejor versión y afianzar más nuestro juego para poder buscar estar entre los primeros puestos como lo requiere el club y Las Lobas», manifestó Bergé.
Mientras tanto, los entrenamientos no se toman descanso. Adapatadas cada una a los espacios y las herramientas con las que cuentan en sus casas, las jugadoras de los equipos platenses siguen las rutinas que les proponen sus preparadores físicos. Y, claro, como hacen muchos de los que por estos tiempos pasan su vida entre cuatro paredes, también le destinan un rato de sus días a las videollamadas grupales, esas que les permiten seguir encontrándose, mantener la unión del grupo y distenderse. En definitiva, estar juntas a pesar de la distancia.
Rocío García