El Beach Volley se transformó en una actividad de culto. Tiene apasionados, cultores, personas que bajo un mismo idioma juegan y juegan alrededor del país. Viajan, no importa cómo, duermen, no importa dónde. La clave es jugar. Con sol, con lluvia, con viento. Hurgando el mapa de la Argentina, cientos de ciudades cuentan con algún torneo, más o menos formal, pero siempre con intenciones deportivas de mantener la pelota en el aire. Un cajón de arena, un camping, una pileta, algunos árboles, reposeras, pelotas, agua y…a pasar el tiempo.
Cerrito, en Entre Ríos, es la máxima expresión a nivel masivo, con cerca de 150 equipos entre el nivel nacional y el provincial. Y General Cabrera, en Córdoba, es uno de los más tradicionales con 21 ediciones. Hay cientos. Hay muchos. Por todo el país.
Hoy nos detenemos en Cañada Rica, una localidad del sur santafecino en el Departamento de Constitución, plaza sojera por naturaleza. Lugar de “Fe y Trabajo”, según reza en la entrada del pueblo. Allí, con participación absoluta de la comunidad campesina, se disputa el “Torneo Regional De Beach Volleyball”. Sí, allí donde gran parte de la población de 711 habitantes se involucra, en terrero futbolero, con un torneo de un deporte hasta hace poco tiempo desconocido.
En las afueras de la plaza, la Comisaría, la Iglesia, la Comuna y la estación de tren, un par de canchas “sojeras” localizadas en el Camping del Football Club Cañada Rica, albergaron este año a 24 duplas de varios puntos del país y de Uruguay. Wheelwright, Rosario, Pergamino, Arroyo Seco, Villa Constitución, Pavón Arriba, Sargento Cabral, JB Molina y Cañada Rica son algunas de las localidades que aportan duplas al torneo organizado por el profesor Guillermo Paskvan, Director del evento.
Con auspicios de la Comuna, del Football Club Cañada Rica y empresas locales, enero reserva un torneo de buena organización y mucha pasión para quien quiera disfrutar. La locura tiene ejemplos: en el Facebook del torneo algunos jugadores avisaban que se quedarían a dormir en el lugar, y entonces los lugareños comenzaron a acercar colchones para los jugadores.
“Alguna vez presencié un torneo del Circuito Mundial en Mar del Plata y desde entonces me infecté con el beach volley. Fue allá por el 2000, y acá estoy desde entonces, intentando hacer crecer el torneo en una pequeña localidad del interior santafecino”, cuenta Paskvan. Justamente en el 2000 se disputó la primera edición y los ganadores fueron Leonel Zanello y Alvaro Colombini.
Los pasados 28 y 29 de enero se disputó una nueva edición, y allí Maximiliano Arballo y Juan Tuninetti fueron los campeones en la definición ante los uruguayos Stoll/Hoeninghaus. El torneo no es la única actividad: clínicas, campus para sub13, sub15 y sub17. Cañada Rica intenta situarse en el mapa de las arenas argentinas, en una provincia con tradición de beach volley.
“Acá está la semilla. El sueño es que el torneo no se detenga, lo haga quien lo haga. El Beach rodeado de silos y campo es posible, sólo importan las ganas”, dice. “Nivel parejo, buenas canchas, una final con mucho público, la gente muy amable que te hace sentir muy profesional. Tienen alcanzapelotas, los dirigentes del club trabajando, la cantina a full. Se nota que toda la comuna está involucrada. Es un torneo donde no te falta nada”, cuenta Juan Tuninetti, último campeón en la edición 2017 junto a Maximiliano Arballo, otro cordobés.
Justamente Arballo dice: “Fue la primera vez que fui a Cañada Rica y la verdad que el apoyo y el calor de la gente hizo que fuese un torneo excelente. Cada punto largo, cada defensa que había, las mejores acciones de este deporte, la gente los celebraba dándote todo ese calor. En la final sentimos todo eso y creo que por eso logramos este triunfo. Por parte de la organización, desde que llegamos hasta que nos fuimos, nos hicieron sentir muy bien”.
-¿Volverías?
-“Creo que cuando uno siente todas estas sensaciones quiere volver. Estoy muy feliz de haber sido parte de ese excelentísimo torneo”.
La 2017 fue la 4° Edición. La 1º fue en el 2000, la 2° en el 2002, luego el salto fue al 2015 para la 3° edición. Por aquellos años fundacionales, y precisamente en el 2001, se disputaron exhibiciones como Baracetti/Olmedo y Barrionuevo/Dombraski. El 2001 fue el año de Mariano Baracetti campeón del mundo junto a Martín Conde en Klagenfurt, Austria y allí el “Monito” quedó como Padrino del torneo que se disputa en las canchas que llevan su nombre: “Estadio de Beach Volley Mariano Baracetti”.
De la locura del beach volley nació una dupla, Diego Luna y Juan Bravo, que en los últimos “Juegos Evita” Nacionales fueron 4° en Sub14 desde Cañada Rica, representando a Santa Fe.
Martín De Rose