En realidad, no es tan así, pero hoy en día hacen falta títulos con «punch» para atraer al lector. Ahora, una vez enganchados por nuestro anzuelo, vamos a honrar un poco más a la verdad: resulta que, en la misma cancha de fútbol 5 que fue noticia por estos días por la presencia de un equipo de fútbol profesional, Somos Vóley, no, el vóley argentino, ya había dejado su huella años atrás.
Este viernes 3 de marzo, a raíz de la postergación del inicio de la actividad oficial del fútbol argentino, el plantel de Belgrano de Córdoba, que debía jugar esa misma noche ante San Lorenzo en Buenos Aires, terminó entrenándose en Open Gallo, un predio de canchas de fútbol 5 ubicado en el barrio de Balvanera. La curiosa situación pronto tuvo su eco en medios gráficos y televisivos de alcance nacional, pero lo que muchos de ellos no chequearon es el background, el inolvidable antecedente que data de 2009. Nosotros, periodistas de pura cepa, te lo contamos.
A fines de ese año, en ese mismo complejo, jóvenes integrantes de esta web se embarcaron en un desafío de fútbol ante el por entonces supercampeón del voleibol argentino: Bolívar. A poco más de siete años de esa tarde histórica para el predio, los muchachos de Belgrano (que también visten de celeste, como Bolívar) decidieron seguir el camino futbolístico que trazó en ese entonces el equipo-fusión de Somos Vóley y Morgan Lo Hizo.
Las líneas escritas en La Nación hablan de 90 minutos de trabajo del Pirata cordobés en el césped sintético, con «18 futbolistas divididos en tres equipos de seis, en un sistema de todos contra todos con la modalidad ‘gol gana'». Casi un plagio al torneo relámpago que se disputó en aquella ocasión, con 17 integrantes (cuéntelos, están todos en la foto) formando tres equipos, pero con la meta de marcar dos goles en vez de uno. Aquí, la nota del archivo.
Dicen las mismas crónicas que algunos se sorprendieron ante la entrada del plantel de Belgrano. Error de principiante, aunque quizás se trató de que la repentina cancelación del partido de la noche los llevó a no poder elegir el horario de la práctica. Somos Vóley, mucho más bicho, reservó un turno fríamente calculado: las 3 de la tarde. Para preservar a estrellas como Pablo Meana, William, Guille García y demás del acoso de los fans. O para ahogarlos con el calor. O para que no haya testigos del papelón. O todas las anteriores.
Entre tanta imitación, esa fue una de las dos diferencias. La otra es que la cancha asignada al entrenamiento de Belgrano no fue la misma que la del histórico desafío de antaño, señal que es inequívocamente un gesto de respeto de los administradores del predio hacia las pinceladas líricas de aquel entonces. La prueba está en video: dos intervenciones de William, «El Mago» del vóley y también del fútbol, que están en el top del ranking histórico de las canchitas…
Lo demás, casi calcado. Si hasta los «los gritos, las críticas y los reproches del plantel celeste», según dice la misma nota de La Nación, hacia el improvisado árbitro de los partidos (bueno, eso sí: no tuvimos árbitro, resolvimos las infracciones con la bonhomía del potrero entre amigos) tuvieron su paralelo en 2009, con momentos de moderada virulencia que podrán apreciar en la última prueba que les dejamos, ahí, un poquito más abajo, en el fondo de la nota.
Vaya entonces nuestro agradecimiento a Belgrano de Córdoba por emular nuestro camino. Vaya también el tirón de orejas para que, algún día, su equipo de vóley vuelva a jugar la Liga Argentina. Y a los muchachos de aquel Bolívar, hoy repartidos entre equipos de elite y alguna lejanía (William en Brasil, Filardi en UPCN, Guille en Alianza, Arroyo en UNTREF, Scarpin en Lomas, Meana en Necochea, etc, etc, etc), cuando quieran les damos la revancha. Pongan día y horario.
Sergio López
Historiador oficial de los papelones SV
Crédito foto Belgrano de Córdoba: La Nación / Rodrigo Néspolo