Hace exactamente 365 días atrás, en el mediodía argentino, 12 jugadores Sub 23 y un cuerpo técnico le daban a la Argentina su primer título del mundo. Ese que venía amagando con tres subcampeonatos previos en mundiales de base, pero finalmente llegó. La Selección Sub 23 le ganaba a Rusia 4-2 y desató un festejo inolvidable en Egipto.
Argentina viajó al Mundial Sub 23 con una camada (los 1995 y 1996) que desde que eran Pre Menores se esperaba mucho de ellos. Si bien y curiosamente nunca se les dio un título sudamericano (siempre perdieron la final con Brasil), en 2015 estuvieron muy cerca de ser campeones del mundo cuando disputaron la final del Mundial Juvenil en México y perdieron contra Rusia después de ir 2-0. Una espina que parecía que nunca se iban a sacar.
La Selección Nacional también había sido subcampeona del mundo en 2011 cuando, otra vez, no pudo con Rusia en otra final apretadísima. También los Menores en 2015 rozaron la gloria máxima al ser subcampeones en Chaco frente a Polonia.
Los Sub 23 viajaron a Egipto al Mundial sin algunos pilares de esa camada: Nicolás Lazo y Joaquín Gallego (por lesión), Bruno Lima (afectado a la Mayor) y Michele Verasio. En dicha competencia se probó el sistema de jugar al mejor de 7 sets, cada uno de ellos a 15 tantos.
Pero nombres para estar a la altura no faltaron y el plantel argentino que dirigió Camilo Soto estuvo compuesto por Matías Sánchez, Gaspar Bitar, Germán Johansen, Gastón Fernández, Agustín Loser, Liam Arreche, Edgar Vieira, Brian Melgarejo, Jan Martínez, Ignacio Luengas, Andrés Arduino, Santiago Danani. Técnico: Camilo Soto. Asistente: Gonzalo Barreiro. Doctor: Gustavo Ricciardi. Estadístico: Elian Quintans. Jefe de Delegación: Juan Sardo.
La campaña hacia el título arrancó con un 4-2 a Irán en un duro partido y siguió con un 4-0 a Argelia y 4-2 a Turquía para seguir el buen andar. No obstante, el cierre de esa fase fue con una caída 4-3 frente a Rusia. De esta manera, los argentinos debieron enfrentar en semi a Cuba y una triunfo 4-1 depositó a la Selección en una nueva final mundialista.
Argentina se adelantó ante Rusia 3-0, pero el equipo rival descontó 2-3 y la final parecía asemejarse a la definición de México 2015. No obstante, la Selección jugó un sexto set que destrabó en la segunda mitad, lo ganó 15-9 y desató un eufórico festejo que emocionó a todo el país. Argentina era campeón del mundo por primera vez en la historia.
Hoy, un año después, el recuerdo sigue vivo y todavía emociona. Cada 25 de agosto será recordado como uno de los días más especiales hasta el momento en la historia del vóley nacional.
María Eugenia Candal
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