La consagración de Bolívar en la Copa Libertadores de Voleibol volvió a poner al vóley argentino en el centro de la escena. Desde datos estadísticos relacionados con la campaña internacional de las Águilas hasta la apropiada dimensión del logro, pasando por el reconocimiento de muchos hacia el equipo celeste, todo lo que dejó esta noche de miércoles con Argentina pisando fuerte en suelo brasileño.
Esta corona puede ponerse a la altura del título de Bolívar en el Sudamericano de Clubes 2010 (mencionado por la gran mayoría de los medios que publicaron el tema) o los dos de UPCN en 2013 y 2015. Incluso se parece más a la primera de las dos gestas del Gremio, porque aquella fue la única de las tres que se dio en Brasil, en Belo Horizonte sobre Minas. Es también una reconfirmación de que ambos siguen siendo dos equipos llamados a encabezar la historia a nivel nacional, particularmente en el caso de Bolívar como el que marca el rumbo: primer campeón consecutivo de la Liga (bicampeón primero; tetracampeón después), primer ganador de un Sudamericano desde la refundación de la competencia, primero en llegar a un Mundial de Clubes y, ahora, primero en la lista de campeones de la Copa.
Aun cuando no debe perderse de vista que la Copa Libertadores es todavía un torneo experimental, que no entrega plaza alguna para otra competición (surgieron inquietudes respecto de si clasifica a Sudamericano o Mundial de Clubes, competencias que van por otro carril), el título rebotó por todos lados. Varios factores pueden ser la causa de ello: que se trate de un batacazo de un equipo argentino en Brasil, el protagonismo de un personaje convocante como Marcelo Tinelli en los festejos, y también la decisión de que la Copa sea un homónimo del certamen de fútbol, uno de los más populares del planeta.
El tiempo dirá, realmente, si este último punto potencia el alcance, como también dirá si la Copa llegó para quedarse o no. Ahora, con la prueba piloto realizada, la pelota pasa al campo de la Confederación Sudamericana, el ente que puede autorizar su inserción al calendario oficial. De ocurrir, ahí sí el torneo bien podría convertirse en la puerta para el Mundial de Clubes, como para terminar de darle el calibre que ya se infiere desde el nombre con que se lo bautizó.
A la hora de una evaluación general, también es útil posar la mirada en el desarrollo del mismo, no sólo en el cierre. Esa arista también es positiva y también ensalza el título de Bolívar, porque los cuatro equipos brasileños como también UPCN jugaron con todo (Ciudad y Libertad también fueron serios, pero con planteles algo por debajo de los otros seis). Es decir que para ellos no importó que fuera una prueba piloto, sino que buscaron sacarle el jugo a la competencia. La Copa, entonces, terminó teniendo en cancha a estrellas como el estadounidense Taylor Sander, europeos de Selección como Kevin Le Roux, Zbigniew Bartman o Rozalin Penchev, campeones olímpicos como William, Wallace, Evandro o Lucao y muchos de los jugadores más trascendentes de nuestro país: Pablo Crer, Martín Ramos, Alexis González, Maximiliano Cavanna, Facundo Conte y Nicolás Uriarte, entre otros.
Si de nombres propios se trata, la presencia de Renan Dal Zotto en las finales es también una estrellita para sumar. El actual entrenador de la Selección de Brasil, nada menos, estuvo siguiendo las Finales en el Gimnasio Abaeté, como para dar cuenta de lo atractivo de la oportunidad.
Otro indicador de la importancia que tuvo la Copa radica en la noticia que surgió a primera hora de este jueves: la salida de Daniel Castellani como entrenador de Taubaté. Si bien la misma obedece a una suma de situaciones, si el desempeño del equipo organizador hubiera sido otro en las finales, tal vez el destino del DT argentino habría variado.
La difusión es, también, una vara para la medición. Ahora que las aguas del logro comienzan a asentarse, es notable la repercusión que alcanzó no sólo en medios especializados y hasta deportivos, sino que rompió las barreras a portales de contenido más general, de la mano de la ya citada euforia de Tinelli, el gestor del proyecto celeste. Desde Clarín hasta Infobae, pasando por La Nación, Olé, TyC Sports, DiarioShow y hasta Ámbito Financiero, todos consignaron el título de Bolívar en Brasil. También lo hicieron medios deportivos de Brasil y sitios de vóley de Argentina y del mundo, hasta el reconocido volleyball.it de Italia.
En resumen: el desembarco de la Copa Libertadores en el vóley de Sudamérica parece aportar sólo motivos para celebrar. Por el ruido que hizo, por el porte que tuvo y por la proyección y potencialidad con la que cuenta. Ahora, el desafío se redobla, tanto adentro como afuera de la cancha. Para los equipos argentinos queda asentada la misión de seguir la senda celeste, y para las instituciones y dirigencias, el compromiso de seguir apostando a la organización y el crecimiento del torneo. Que esta primera Copa no sea una única Copa.
Crédito Foto 3: Danilo Sardinha / GloboEsporte.com