Con el objetivo de permanecer en la División de Honor Femenina, Argentino de Castelar, GEVP y Banfield, los tres equipos que lograron el ascenso a la máxima categoría en la última temporada, se preparan de cara a los Play Out que definirán quienes siguen en la élite metropolitana y aquellos que bajarán a Primera. Así lo cuentan Karina Pacheco (Castelar), Alina González (Banfield), Lucía Domínguez y Luisa Aizaga (GEVP).
Cuando llegó la hora de planificar el 2018, luego de los festejos y con la adrenalina un poco más calma tras conseguir el ascenso, Argentino de Castelar, GEVP y Banfield tenían bien en claro que no sería nada fácil la adaptación a la nueva y máxima categoría.
“Sabemos que el objetivo de permanecer es muy difícil porque somos un equipo muy joven. El promedio de edad es de 17 años. Pero tratamos de sacar lo mejor de esta experiencia”, le había anticipado a Somos Vóley la jugadora de Banfield, Alina González, apenas comenzada la fase clasificatoria. En sintonía, Lucía Domínguez y Luisa Aizaga de GEVP definieron: “El nivel de la categoría es muy superior, pero tratamos de ir siempre para adelante”.
El primer objetivo planteado por los tres fue tratar de ganarse un lugar entre los diez primeros de la tabla de posiciones al finalizar la ronda clasificación para seguir en carrera por el título y, sobre todo, asegurarse otro año más en la División de Honor.
Sin embargo, los tres equipos debieron recurrir al plan B. Es que Castelar con 14 puntos, GEVP con 10 y Banfield sin unidades, quedaron relegados de la disputa por el título y, al igual que UNLaM, Hacoaj e Italiano, empezarán a construir sus respectivos caminos para no perder la şişli escort categoría.
“Tenemos la expectativa de tratar de mantenernos y vamos a dejar todo para eso”, aseguró Karina Pacheco, una de las referentes de Argentino de Castelar. Y, claro, ese mismo deseo se unió en las voces de González y de Domínguez y Aizaga.
“El objetivo de permanecer es difícil, nos costó la adaptación”, explican las jugadoras del elenco de Villa del Parque. “Es intenso jugar en el mejor nivel del país”, agrega en la misma línea González, que así y todo no puede evitar entusiasmarse: “Quedarnos en la categoría sería un sueño para la mayoría de las chicas, ya que es la primera experiencia que tienen en División de Honor”.
De todas formas, más allá de lo que pase, los tres equipos subrayan que hay frutos para cosechar. Mientras que Pacheco explica que el grupo mixto permitirá el crecimiento de las más chicas, (“ensamblarnos las que hemos jugado en División de Honor con las que ascendieron, que son todas de inferiores”), Domínguez y Aizaga le apuntan al inolvidable logro que las trajo hasta acá: “La transición de una categoría a la otra es lo mejor que nos pasó en cuanto a lo anímico”. González, por su parte, tiene un deseo para el final del recorrido: “Cada una quiere dar todo para, a fin de año, poder decir ‘mejoré’”.
En lo inmediato, en la historia de la permanencia, el sábado 20 de este mes comenzará la hora de la verdad, cuando se levante el telón de la Ronda Descenso con el duelo entre GEVP e Italiano, seguido de Argentino de Castelar-Banfield (22/10) y Hacoaj-UNLaM (29/10).
Rocío García