Las semanas recientes han entregado (y siguen haciéndolo) otro ejemplo de cómo el deporte funciona como herramienta para dar visibilidad a campañas y movimientos de toda índole, pero sobre todo en relación a injusticias y problemáticas sociales, a partir de lo sucedido a finales de mayo con la muerte del ciudadano estadounidense George Floyd a manos de la policía en un caso de racismo que volvió a posicionar al movimiento internacional Black Lives Matter.
Aunque el caso fue noticia por todo el planeta, vale la reseña como para empezar: el 25 de mayo pasado, Floyd (afroamericano) fue arrestado en Minneapolis, Estados Unidos, por el supuesto uso de dinero falsificado y el oficial de policía Derek Chauvin (de raza blanca), tras esposarlo y ponerlo boca abajo en el suelo, presionó su rodilla izquierda contra su cuello por casi nueve minutos hasta matarlo. Un día después, Estados Unidos empezó a hervir con protestas que llegaron a replicarse en 2 mil ciudades no sólo del país norteamericano sino del mundo entero, al tiempo que Black Lives Matter, un movimiento nacido desde el hashtag que comenzó a usarse en 2013, se convirtió en el centro de un reclamo global en contra del racismo que es endémico en muchos niveles de la sociedad actual.
El mundo del deporte se sumó a generar el cambio y el vóley no es la excepción. Facundo Conte, Julieta Lazcano, Valentina Galiano son sólo algunos de los ejemplos del medio argentino que se acoplaron a la protesta organizada en redes sociales allá por el 2 de junio, mientras que a nivel internacional sobresale la declaración de Karch Kiraly, actual DT de la Selección femenina de Estados Unidos y considerado uno de los mejores jugadores de la historia de nuestro deporte, que nueve días después instó a “abordar y cambiar todos los sistemas de racismo institucionalizado que han privado a los estadounidenses de raza negra de sus derechos humanos” y cerró con: “Es ahora. Empieza con nosotros”. No sólo carga peso la fuerza de su mensaje, sino el hecho de que no utilizaba Twitter desde septiembre de 2018, durante el último Mundial masculino en Italia y Bulgaria, y volvió para crear conciencia.
Si bien las propias redes sociales permiten rastrear manifestaciones anti racismo en diferentes niveles del vóley estadounidense hasta 2016 (el año en que Colin Kaepernick, jugador de fútbol americano de los San Francisco 49ers, instaló el gesto de arrodillarse como protesta durante el himno de los Estados Unidos), ahora todo tiene más fuerza, al igual que el movimiento general. Desde hace dos días, está en la web un video que invita a la comunidad del vóley a tomar acciones en favor de la igualdad de razas, hecho por un grupo de estrellas que incluye por ejemplo a Matthew Anderson, Benjamin Patch, Jordan Larson o April Ross. Las ideas van desde apoyar negocios y organizaciones lideradas por gente de raza negra hasta educarse más en cuestiones de racismo y están concentradas en AthletesTakeAction.org.
Así, el vóley busca contribuir con una realidad que tiene a verdaderos pesos pesados del deporte también en ella. La NBA cuenta con ejemplos como LeBron James, dueño de tanto talento como compromiso con la causa, o como Stephen Curry, otro grande que se sumó a marchar en manifestaciones. Los coletazos en el país norteamericano llegaron hasta el Nascar, la popular categoría de automovilismo que casi no cuenta con pilotos afroamericanos pero que, por el reclamo del único de ellos, Bubba Wallace (que corrió con su auto pintado de negro y con el Black Lives Matter como gráfica), decidió prohibir la bandera de los Estados Confederados, un resabio de la Guerra Civil estadounidense del siglo XIX que se asocia con el apoyo a la esclavitud.
Hasta el fútbol, lo más popular del planeta en cuanto a deporte, transita esta actualidad. Primero fue en Alemania, ya que la Bundesliga fue la adelantada en retomar la actividad y allí cuatro jugadores fueron investigados (y luego respaldados) por las autoridades del torneo a partir de demostraciones anti racismo. Más acá en el tiempo, el último miércoles, la Premier League de Inglaterra volvió al ruedo con la leyenda Black Lives Matter, en lugar del nombre del jugador, en todas las camisetas de los 20 clubes participantes. La misma permanecerá allí durante los primeros 12 partidos de la reanudación y la organización de la Premier ya comunicó que apoyará a todo jugador que, como Kaepernick, decida arrodillarse antes o durante los partidos, para seguir visibilizando la protesta.
