La fiebre del oro conseguido en los Juegos Olímpicos de Río sigue en plena efervescencia en el país vecino ya que este sábado y domingo la Selección Brasilera disputará dos amistosos ante Portugal como celebración del tricampeonato olímpico (1992, 2004, 2016) y también como despedida del histórico líbero Serginho. Hasta aquí nada demasiado sorprendente, sin embargo, la Confederación Brasilera no quiso que fuera un festejo más y por ello eligió dos escenarios descomunales para la gran fiesta: el estadio Arena da Baixada en Curitiba y el Estadio Nacional Mané Garrincha en Brasilia, dos impresionantes construcciones utilizadas en la última Copa del Mundo de Fútbol 2014 que ahora albergarán dos encuentros de vóley.
La idea de trasladar un deporte de indoor a escenarios al aire libre tiene antecedentes y todos ellos muy exitosos. Sin dudas los primeros que vienen a la mente son de los últimos 40 años, pero la historia marca que los tres primeros mundiales de la disciplina se desarrollaron al aire libre: el primer campeonato mundial masculino en Praga en 1949 así como la segunda edición masculina y la primera femenina en 1952 en Moscú.
Varios años más tarde, recién en 1983, se desarrolló el recordado «Desafío Grande del Vóley», un encuentro entre Brasil y URSS en el Maracaná que continúa siendo considerado de los más importantes de la historia del deporte. En una reedición de la final del Mundial disputado en nuestro país en 1982 cuando Argentina logró su histórica medalla de bronce, Brasil venció a los soviéticos por 3-1 y 95mil espectadores disfrutaron del encuentro. Aquella partida del 26 de julio llegó al libro de los récord Guinness por ser el encuentro de vóley que más gente reunió y que continúa sin poder ser quebrado.
Es necesario recordar que el partido había sido reprogramado casi una semana debido a las fuertes lluvias, pero a pesar de las previsiones, aquella noche un diluvio cayó en la ciudad. Las condiciones climáticas no impidieron la fiesta, ya que el estadio lució colmado y le dio un marco aún más emotivo a la jornada que cerraba una serie de cuatro amistosos entre las Selecciones. Aquel encuentro fue transmitido por la Rede Bandeirantes en Brasil, la red ABC en EUA y la BBC de Londres en Inglaterra, considerándose un hito fundamental en la popularización de un deporte que desde el año anterior era el segundo en importancia en Brasil.
Tomando aquella experiencia como precedente, la FIVB y la Federación Polaca decidieron trasladar el campo de juego y dejarlo a cielo abierto en el Mundial Masculino 2014, una verdadera fiesta en un país que vive con intensidad inusitada la pasión por el voleibol. El estadio nacional de Varsovia albergó casi 62mil almas que vibraron con el encuentro entre polacos y serbios en la apertura de una de las citas más importantes del calendario FIVB.
Al año siguiente, Italia también se unió al movimiento y llevó la Liga Mundial al Foro Itálico de Roma, un escenario histórico para la humanidad que también fue partícipe de un encuentro de vóley entre Brasil y el conjunto azzurro. Las imágenes de aquel partido fueron impresionantes:
En este 2016, luego del oro conseguido por la verdeamarela en Río llega el momento de festejar las tres medallas doradas con dos amistosos que finalmente serán ante la Selección de Portugal, pero que bien podrían haber sido ante Argentina. La Confederación Brasilera extendió la invitación para el equipo, pero por cuestiones de calendario y compromisos de los jugadores con sus clubes, el combinado albiceleste no pudo aceptar los amistosos.
Los lugares elegidos esta vez fueron el Arena da Baixada de Curitiba, estadio del Atlético Paranaense con capacidad para 43mil personas, donde este sábado a las 16hs se jugará el primer partido. El segundo encuentro será el domingo a las 10am en el Estadio Nacional Mané Garrincha de Brasilia que cuenta con lugar para 73mil personas. Ambos juegos serán transmitidos en vivo por la red SporTV.
Además de festejar el tricampeonato, será el momento de la despedida de un histórico de Brasil, el líbero Sergio Dutra Santos, más conocido como Serginho. El jugador de 40 años llegó a la Selección en 2001 y cosechó una larga lista de títulos que incluyen dos medallas de oro en Juegos Olímpicos, dos Mundiales, dos Copas del Mundo y siete Ligas Mundiales. En los últimos Juegos de Río fue elegido mejor jugador del torneo para cerrar una carrera deportiva gloriosa e inolvidable.
Martín De Rose – Solange Didiego
Fuentes: FIVB – Saida De Rede