Hay momentos que te cambian la vida para siempre. En el caso de Camilo Soto, entrenador argentino de la Selección de Qatar, ese momento fue el 25 de agosto de 2017, cuando en Egipto se consagró como campeón del mundo al frente de la Selección Argentina Sub 23, el primer título mundial en la historia de nuestro vóley.
“Cambió mi vida drásticamente. Hasta ese momento se nos estaba haciendo difícil desde lo familiar, lo económico, lo laboral. Dejaba mucho de lado porque las fuentes laborales no eran estables y la familia soporta estos procesos. Cuando estás en la Selección lo económico no es prioridad, en mi caso el desafío era estar junto a Julio (Velasco)”, cuenta el ex armador campeón con Olympikus de Azul.
El oro llegó en el momento justo: “Estaba pensando si era el último año de ese proceso y llegó ese título mundial. El teléfono empezó a sonar como nunca antes. Llegaron propuestas inimaginables en clubes y selecciones. Y llegó Qatar, propuesta de Selección, y como yo estaba a cargo de la Selección Sub 23 y el grupo de apoyo de la mayor, tenía que hablarlo con Julio. Se comportó como un padre y me ayudó a entender que era la mejor opción”, recuerda.
Camilo subraya una frase que lo marcó: “’Me duele aconsejarte esto’ me dijo, porque consideraba que para él sería una pérdida”. Es que Soto subraya: «Julio nos marcó el camino para jugar ante las potencias, teníamos muy claro el método ante Rusia en la final. Cuando ganamos me mandó un audio y se quebró, fue una emoción muy grande».
De golpe su realidad cambió: “Ya no más incertidumbre. Más de una vez no pude pagar las cuentas. Fue mucha gente la que me ayudó. Ahora puedo disfrutar de la familia en este proceso acá en Qatar. Vamos a estar todos juntos un mes en Doha. En definitiva la medalla acá también me ayudó a que estas cosas puedan pasar”.
Quedaban atrás aquellos viernes por la tarde para tomar el colectivo en Retiro rumbo a Neuquén, para estar con la familia, 36 horas en ruta para compartir 24.
En su primera temporada con la selección, Camilo Soto logró un título inédito como la Copa Asiática, en 2018, sin antecedentes previos siquiera de medalla. Con Juan Cichello como entrenador Qatar casi lo logra en 2015, cuando perdió la medalla de bronce ante Japón. El equipo de Soto venció a Japón en semis y a Irán en la final, dando vuelta un 0-2.
“Si bien no estaban todos con sus equipos principales, fue un logro de mucho orgullo para todos. Los jugadores desde hace dos años no cobran dinero por participar de la Selección, pero recibieron un premio importante por ese título. A nosotros eso nos permitió renovar por dos temporadas más, hasta fines de 2020”, cuenta el también entrenador de Gigantes, que llevó a Qatar a sus compañeros de staff Valentín Rolandelli (asistente) y Carlos Aguilera (PF), quien reemplazó a Federico Baroni, ex PF que ahora pone a punto a la Selección Argentina de Marcelo Méndez.
Camilo Soto vive en West Bay, zona diplomática de Doha, en el mismo edificio que Mariano Baracetti, entrenador de la Selección de Beach Volley de Qatar. “Lo veo poco, viaja todo el tiempo”, reconoce el neuquino de Picún Leufú en pleno verano infernal de la zona, esperando por su familia que llegará en breve. Entre mates permanentes, con la yerba que se consigue en los shoppings locales, los turnos de trabajo van de domingo a jueves, ya que viernes y sábado son los días de descanso.
Con el plantel se comunica en un inglés “simple”, con el compromiso de que nosotros aprendamos claves en árabe y ellos, en español.
¿Cuál es el objetivo de esta temporada en Qatar?
-“Seguir con la renovación de jugadores para que haya más árabes, qataríes. En una población tan chica hay muchos extranjeros. El deporte de aquí apunta ahora a nativos para recurrir cada vez menos la población africana, brasileña o europea. De 20 jugadores el próximo año apuntaremos a sólo 2 ó 3 extranjeros. La medalla del año pasado la obtuvimos con sólo 3 extranjeros, 2 serbios y un brasileño”.
Para esta temporada el Asiático se disputará en Irán y será muy duro porque otorgará algunas plazas para el Preolímpico continental de enero. Soto programó amistosos en China, a través del contacto con Raúl Lozano, su entrenador. China será anfitrión del clasificatorio olímpico de agosto en el que jugará la Argentina. “La idea es que ellos pasen por Doha también”, cuenta Soto, “para jugar ante Australia e India. Será muy difícil un torneo como el del año pasado”, reconoce.
Algunas semanas atrás Julio Velasco anunció su retiro como entrenador, y para Camilo Soto no fue un día más. Se emociona, se quiebra: “Me puso la piel de gallina. Vivió dos años muy difíciles con la situación de salud de su hija. En ese momento confió mucho en nosotros. Pero el motivo familia fue el principal en su alejamiento”.
Construyó con él una relación especial, más allá de la profesional: “Nos invitaba a pasar tiempo juntos, en su casa. Es un apasionado. Alguna vez nos dijo que cuando los cubanos Leal y León se nacionalicen será uno de los motivos para jubilarse. Él sostiene que eso minimiza el trabajo del entrenador que se las debe arreglar con lo que tiene. Qué sucedería en Argentina con ese tema? En la Selección hay que crear. Ahora las potencias mundiales que se refuerzan con más, se desvirtúa todo un poco”.
Mientras prepara los entrenamientos del día, Camilo asegura que Velasco “debe estar feliz con su decisión. Él trataba de disfrutar con tanta intensidad, con tanta energía, que nos dejó ese legado. Podía hablar 24 horas de vóley, de entrenamiento, de mejorar. Dejó conocimiento, impulsó cursos, trabajó con la Liga Argentina. Nunca olvidó su formación”.
Por último, mientras prepara la temporada internacional también planifica a un Gigantes del Sur más protagonista. El equipo neuquino, con 15 para 16 temporadas de trayectoria e identidad, sueña con ser protagonista: “Pasamos años difíciles, ahora estamos en un mejor proceso. El público siempre respondió, estuvo con nosotros, fue increíble lo que sucedió en el Ruca Che. Por eso el gobierno, los dirigentes actuales y nosotros quedamos con esa sensación de poder apostar este año, devolverle a la gente eso que no pudimos lograr pero que necesitamos. Trataremos de armar un equipo para estar claramente entre los 4 primeros en las condiciones en las que está el país, con un equipo equilibrado. Estamos muy ilusionados. No empezamos a entrenar todavía y en Neuquén ya se vive el fenómeno de Gigantes. Quiero disfrutar y vivir con intensidad todo. Va a ser una temporada muy linda para Gigantes y para el desarrollo del vóley neuquino”.