De Argentina a Estados Unidos: Jugar al vóley en una universidad norteamericana, por Sol Calvete

by Sergio Lopez
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A los 17 años apareció su oportunidad y durante su ultimo año de colegio fue que Sol Calvete, ex jugadora del club Glorias Argentinas y la Selección, decidió dejar suelo argentino y volar hasta los Estados Unidos, donde la esperaba un nuevo desafío: formar parte del equipo de vóley de la universidad Boston College, que le ofreció una beca deportiva para que estudie allí y juegue por los cuatro años de la carrera. Ahora, a meses de que su paso por la universidad llegue a su fin después de tres temporadas, Sol cuenta sobre su experiencia de competencia y estudio en el extranjero.

– ¿Qué podés decir de tu equipo en Boston? ¿Cómo se ven para esta temporada?
– Tenemos un equipo joven en comparación a mis tres temporadas pasadas. Ocho jugadoras recién terminaron su primera temporada, y tenemos siete incorporaciones para la que viene, de las cuales tres son internacionales: una de China, otra de Alemania y otra de Holanda. Yo creo que sus experiencias en otros países van a ayudar mucho al equipo. Venimos preparándonos físicamente para estar listas para arrancar la pretemporada a principios de agosto. Venimos motivadas y con ganas; quiero terminar mi última temporada lo más arriba posible.

– Están en una conferencia muy potente y llena de equipos duros, ¿cómo es jugar contra oponentes de ese calibre?
– Sí, la conferencia ACC (Atlantic Coast Conference) es muy competitiva. No podés relajarte nunca, no hay ningún equipo flojo. Creo que, a la larga, saca ventaja el equipo que logra ser consistente. Me encanta jugar en esta conferencia, porque cada partido es un desafío.

– Hace ya casi cuatro años que estás viviendo en Boston, ¿qué es lo que más te gusta de jugar y estudiar en Estados Unidos?
– Una de las cosas que más me gustan del sistema es el profesionalismo con el cual se manejan: tratan al deportista con un gran respeto y se valora mucho el esfuerzo diario. Son muchas las horas dedicadas al deporte, pero hay muchas herramientas que hacen que el proceso sea mas fácil. Quizás una de las cosas que me gustaría que sea diferente es el tiempo que dura una temporada porque, si bien se entrena todo el año, el torneo oficial empieza en agosto y termina en diciembre, así que a veces entrenar por tanto tiempo sin tener partidos se hace pesado. Con respecto a lo universitario, es exigente, uno tiene que dedicarle mucho tiempo, pero también te dan muchas herramientas, así que es cuestión de saber aprovecharlas. Otra de las cosas que me gustan del sistema educativo es que no importa qué carrera elijas, hay ciertas materias que son obligatorias para todos los estudiantes, lo que te permite tener una base general de distintos temas. Hubo muchas cosas que descubrí que me gustaban gracias a este sistema. Si no hubiera sido por cumplir los requisitos básicos, nunca hubiera elegido cursar ciertas materias que terminaron siendo muy interesantes.

– ¿Qué diferencias hay entre ser una deportista en Estados Unidos y en la Argentina?
– Una de las diferencias más grandes con respecto a Argentina es la practicidad. Al vivir en el campus, no tengo que viajar horas para ir a entrenar o cursar. Para mí, eso es algo fundamental. La realidad es que están en todos los detalles, porque además los estadios, vestuarios, salas de kinesiología, etcétera están en muy buenas condiciones. Si bien en Argentina las ganas de crecer y mejorar el vóley femenino están, falta dar ese salto de calidad y mejorar el apoyo financiero para las jugadoras.

– ¿Qué tenés pensado hacer una vez que te recibas? ¿Pensás seguir jugando o te querés dedicar a otra cosa?
– La realidad es que tengo varias opciones en mente. Me gustaría trabajar un año acá y aplicar para la visa. Lo único es que en Estados Unidos no hay liga profesional de vóley. Son los cuatro años de facultad y no hay nada más después. La verdad, no me imagino sin jugar el año que viene. Irme a Europa también me gustaría… No sé, voy a ir viendo cómo se va dando todo.

– Cada vez se están yendo más chicos y chicas para Estados Unidos a estudiar y jugar distintos deportes. ¿Tenés algún comentario o recomendación para quienes estén interesados en hacer algo parecido?
– A cualquiera que tenga la oportunidad, le diría que lo haga. Depende mucho de tu personalidad y de tus prioridades, pero personalmente, crecí muchísimo. Al principio no es tan fácil la adaptación y hay muchas cosas que resignás. Estar lejos de casa quizás no sea lo ideal, pero no me arrepiento para nada de la decisión que tomé. En la universidad hay gente de todos lados, sinceramente te abre la cabeza estar rodeada por gente de todas partes del mundo. Conocer otras culturas y ver cómo se manejan en otros lados es una oportunidad única.  Y algo bueno es que pasás mucho tiempo con tu equipo, estás siempre acompañada.

Especial para Somos Vóley, 
Rocío Fortuny

 

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