No fue un debut más en el Golem Palmi que milita la segunda división de la Liga italiana. El pasado fin de semana fue la primera actuación oficial de la brasilera Tiffany Pereira de Abreu en competencias femeninas luego de ser aprobada por la FIVB. Con 32 años y luego de jugar en España, Portugal, Bélgica y Francia, pero en divisiones masculinas, finalmente llegó el momento de que la vida deportiva de Tiffany coincidiera con la que fuera su elección de género. Un hecho que sienta un precedente y que no dejó de generar repercusiones.
Tiffany fue hasta algún tiempo Rodrigo dentro de los equipos que supieron verlo defender sus colores. Más conocido como «Pará», llegó a Portugal y luego pasó a España, donde rápidamente se convirtió en referente. De allí dio un salto hacia Francia y luego a Bélgica, pero en su vida muchos otros cambios estaban ocurriendo. Deprimido por la falta de aceptación, decidió iniciar el cambio de sexo en 2013 y alejarse del deporte ante la incertidumbre de saber si podría jugar en competencias femeninas.
Sin embargo, luego de someterse a varios tratamientos que permitieran reducir sus niveles de testosterona (hormona masculina) y de luchar por obtener una autorización, la Federación Internacional finalmente permitió que fuera inscripta y jugara dentro de equipos femeninos. Así fue que desembarcó en Golem Software Palmi, donde este fin de semana le tocó el ansiado debut. En frente estuvo el Delta Informática Trentino, que vio cómo Tiffany saltaba desde el banco en el primer set y se adueñaba del rol de opuesta para finalizar el partido como máxima anotadora con 28 puntos que sirvieron para la definitiva victoria de Palmi por 3-1.
Se trató del inicio de un camino ampliamente buscado por Tiffany, que se encargó de explicar al sitio brasilero Saida de Rede cómo fueron aquellos primeros años de tratamiento: «Mi nivel había caído demasiado por el tratamiento hormonal, principalmente los dos primeros años. Estaba en Holanda y luego del receso mis compañeros no me reconocían. Como en ese momento no podía jugar contra mujeres, tenía que trabajar la técnica para encarar a rivales físicamente más fuertes que yo».
La potencia y fuerza por su naturaleza masculina son unos de los interrogantes que más se despertaron respecto a su inclusión en la competencia femenina. De hecho, Silvia Fondriest, la capitana del Trentino, se pronunció al respecto finalizado el juego. «Han sido dos partidos en uno. El primer set antes de su ingreso, que fue el que ganamos, y desde el segundo en adelante, donde Tiffany atacó 52 pelotas con casi 50% de eficacia en ataque. Más allá de las elecciones en la vida de cada uno, me pregunto si no hay de base un problema de reglamentación. A nivel humano ella tendrá siempre todo mi respeto, pero hablando de deporte sus parámetros físicos no son los mismos de una mujer; hay muy pocas mujeres que golpean la pelota a su altura y rematan tan fuerte, tal vez sólo Paola Egonu» dijo a TodoVoley.
En la misma línea, el entrenador del equipo, Iván Iosi, expresó: «Nadie ha hecho nada irregular, pero se trata de una situación que necesita ser regulada. Los entes competentes deben tomar decisiones de cara al futuro. Su impacto en el partido ha sido devastador, de base es una jugadora fuera de serie para lo que es la realidad de la Serie A2». Sin embargo, el Comité Olímpico Internacional (COI) se pronunció al respecto, a través de un documento de enero de 2016 en el que autoriza a hombres que cambian de sexo a participar en competencias femeninas desde el momento en que se identifican como pertenecientes al género femenino e inician un tratamiento hormonal para reducir la testosterona a menos de 10 nanomoles por litro de sangre durante los últimos 12 meses previos a torneos o competiciones.
Para continuar echando luz sobre el tema, la propia Tiffany aclaró: «Hay chicas en mi club con más nivel de testosterona que yo. Antes tenía fuerza de hombre, pero después del tratamiento pasé a jugar como una buena jugadora, como Natalia, Tandara o Sheilla. Soy fuerte, pero porque soy alta» contó la jugadora de 1,94. En consonancia, la investigadora Joanna Harper, del Providence Portland Medical Center, explicó que no es un tema de anatomía, sino de hormonas: la sola disminución de la testosterona provocaría una caída de la masa muscular y la densidad ósea, con lo cual la situación parecería estar bastante clara para los organismos que regulan el deporte.
Disfrutando del momento que tanto esperó y a sabiendas de que probablemente será el foco de atención muchas veces más, la opuesta dejó de lado los preconceptos y se animó a soñar con la Selección: «Sería maravilloso poder jugar para Brasil».
PARTIDO GOLEM VOLLEY PALMI – DELTA INFORMATICA TRENTINO
Fuentes: Saida de Rede – TodoVoley
Solange Didiego