La entrada de la calle Maturín es como una pequeña puerta hacia otra dimensión. Allí, en el barrio de Paternal, el club Sholem se convirtió en parte de la historia grande del vóley metropolitano y, también, del movimiento nacional.
Para celebrar su historia, ahora con motivo de los 50 años de la conquista del Torneo Oficial de 1° División de la Federación Metropolitana, el torneo con más trayectoria en el país, miembros de Comisión Directiva del club, el técnico y mentor de aquel equipo, Juan Carlos Enseñat y sus jugadores, celebraron una reunión en formato reencuentro, para homenajear la hazaña que protagonizaron con Scholem Aleijem, hoy Sholem Buenos Aires.
Tan sólo 50 años atrás, el club sumaba además en sus vitrinas la Copa Morgan, la Río Branco y un increíble récord de 40 partidos invictos. Y 50 años después, los mismos abrazos se actualizaron con alegría.
La importancia de la reunión, que significó un reencuentro de anécdotas y personas, estuvo también marcada en la presencia del presidente de la Federación del Voleibol Argentino, Juan Sardo, y del presidente de la FMV, Román López.
Ahí estuvo Somos Vóley, con los ojos puestos en el camino que construyó el vóley de hoy.
La lista de participantes es extraordinaria, porque contó asistentes desde Alemania, Holanda y Uruguay, para participar de un momento único.
Juntos decidieron, además, homenajear a Juan Carlos “El Pelado” Enseñat, maestro histórico del voleibol argentino que, en su agradecimiento, volvió a entregar conceptos siempre vigentes sobre el deporte y la educación.
Allí estuvieron Luis Aguilar, José Alberto “Pucho” Dojtman, Walter Brusasca y los jugadores Daniel Tarando, Gabriel Saltarelli, Norberto Daniel Gagliardi, Roberto Zalcman, Luis Ferradás, Alejandro Giménez, Norberto Díaz, Mario Ostrovsky, Horacio Mazzitelli, Eduardo Lipszic, Leonardo Israelevich. Sólo algunas ausencias, con aviso, las de Alberto “Manzana” Roitman, Diego “Pulpo” Stirman (en Francia) y Jorge Alberto Gandulfo.
Una mesa, una comida, los recuerdos, las presencias además de, por caso, capitán y subcapitán de la Selección Argentina del Mundial 1978, Norberto Gagliardi y el “Pelado” Tarando, dispararon emociones en una atmósfera que construye identidad.