Pasó el Mundial Sub 18, aquel en el que Las Panteritas redondearon este domingo su mejor actuación en un torneo de esta magnitud en esta categoría. Pero eso no es todo. Lo hicieron con un récord de victorias (seis sobre ocho partidos), fueron el mejor equipo ubicado a nivel sudamericano y se trajeron un triunfo ante Brasil casi tan inédito como inolvidable.
Esta camada viene trabajando fuertemente desde la etapa de Pre Menores, pero en el último año profundizó la preparación con concentraciones en todo el país e incluso durante las Copas Argentinas 2016, torneos sudamericanos y de NORCECA y la gira previa en Gálvez y Marcos Juárez.
En ese largo camino terminó por definir los 12 nombres que representarían a la Selección en el Mundial en casa. Nada más y nada menos.
Y en esa previa ya había insinuado que podría hacer ruido con un buen rendimiento. Sin embargo, sin ningún tipo de dudas, nunca de la forma que lo hizo en la primera ronda inicial.
El Estadio UTN casi colmado en el debut contra Alemania no afectó a Las Panteritas, sino que por el contrario terminó por convertirse en un apoyo clave para todo lo que vino después. Y el 3-1 contra las alemanas fue el puntapié inicial para tomar confianza y encarar la zona sabiendo que no había “cucos”.
Al día siguiente, otra gran actuación contra Eslovenia para demostrar que lo del debut no había sido casualidad con el aliciente, además, que esto potenciaba las posibilidades de terminar la zona en una buena posición. Sin perder el foco, Las Panteritas cumplieron con un 3-0 ante Corea que les aseguró el primer puesto del grupo faltando una fecha. Algo inédito.
Ya se empezaba a especular con un duelo de octavos de final Argentina-Brasil, con todo lo que eso significa y un historial en el vóley femenino entre ambos equipos claramente favorable para las de verde y amarillo. Los resultados previos confirmaron ese cruce y Argentina jugó ante Cuba con la mente puesta en el viernes.
A pesar de eso y siempre a estadio lleno, Las Panteritas le ganaron a Cuba un partidazo que perdían 2-1 y 24-21 y, claro está, la confianza creció a pasos agigantados. Primer puesto de zona y además invictas, pero se venía Brasil. Y el miércoles 23 de agosto se vivió una verdadera fiesta de esas que no se olvidan más. El público desbordó el estadio de la UTN y Argentina se dio el gran gusto de ganarle a Brasil por 3-1, lo eliminó de la lucha por el título y avanzó a los ocho mejores del Mundial con una campaña que ni el más optimista la hubiera imaginado jamás.
Luego llegó el día del descanso y el traslado a Rosario cuando muchos pensaron que jugaría todo el Mundial en Santa Fe. El viernes ante Dominicana posiblemente haya sido el día más difícil, no tanto por la derrota, sino por un rendimiento que nada se asemejó a lo que venían haciendo. Y las dudas se multiplicaron con la caída ante Japón del sábado.
Pero todavía quedaba un desafío más. Dejar a la Argentina en séptimo lugar y cumplir así la mejor actuación en esta categoría de menores. En un partido en el que el rival era más uno mismo que Estados Unidos, Las Panteritas retomaron el camino que habían mostrado en Santa Fe y redondearon un triunfo 3-1 que les dio la despedida que merecían del Mundial.
María Eugenia Candal
[email protected]