¿Alguien imagina un club más grande que el Fútbol Club Barcelona? Real Madrid, Manchester United, Paris Saint Germain, algunos en esa escala. ¿Y alguien imagina que un entrenador deba dejar su cargo en Barcelona, en el vóley de Barcelona, por recorte de presupuesto, mientras la maquinita de facturar no tiene tregua? Bueno, eso le sucede al entrenador argentino Hugo Gotuzzo, de amplio recorrido en España, que acaba de renunciar a su cargo en el vóley femenino no por un recorte… sino por dos.
“Plantearon una reducción de presupuesto en la plantilla y así ya era complicado renovar la base después de una temporada como la que hicimos. La mayoría de nuestras jugadoras ya tenía ofertas muy superiores, pero jugando Copas de Europa y cambiando un par de piezas se podía intentar. Sin embargo, la propuesta se transformó en impracticable y no podía ejecutar esa política, por lo que preferí dar el paso al costado”, cuenta Gotuzzo.
A sus 50 años, lejos de aquellos comienzos en Villa Mitre de Paternal, Buenos Aires, en 1990, luego de su paso por Chacabuco y Bella Vista, llegó a España cuando muchos otros argentinos lo hacían, allá por 2001, cuando se hizo cargo del Haro Rioja Vóley hasta 2009, incluyendo cuatro ascensos hasta la Superliga 1.
En su currículum figuran el Monforte de Lemos (Superliga 1), Indias de Mayaguez (Puerto Rico), Feel Volley Alcobendas (Madrid, con ascenso a Superliga 1), Haro Rioja Vóley (Superliga 1), Sabadell de Barcelona (1ra Nacional) y el Barça.
Recuerda Gotuzzo cuando se mudó a Barcelona: “Buscaba una ciudad donde instalarme definitivamente y alejarme un poco del estrés del alto rendimiento. En ese momento, junio del 2017, contacta conmigo un club muy tradicional de Cataluña, el Natación Sabadell, y me ofrece dirigir la 1ra Nacional Femenina (3ra categoría), las Sub 16 y hacer un poco la Dirección Técnica del vóley del club.” galvanizli sac
“Nos fue bastante bien, ascendimos con las inferiores a la A y jugamos la Fase de Ascenso a la Superliga 2 con el primer equipo. Al acabar la temporada, me llaman desde el Barça y me dicen que mi compatriota Adrián Fiorenza no seguiría al frente del primer equipo porque se dedicaría a la Dirección Técnica de todo el vóley del club. Me pongo en contacto con él para saber qué había pasado y me dice que, como el equipo había acabado décimo (tuvo varias lesiones de jugadoras claves), habían decidido un cambio de timón. La decisión no fue difícil: seguiría viviendo en Barcelona y a la vez dirigiría el mejor club de la ciudad, mundialmente conocido y, que a pesar de poseer un presupuesto mediano para la Liga, podía ser un buen imán para algunas jugadoras interesantes”, resume.
El objetivo era claro. luchar por entrar entre los seis que disputarían la Copa de la Reina o los cuatro del Play Off, contra clubes de mayor presupuesto.
“Al término de la primera vuelta clasificamos para las semifinales de la Copa y al final de la Liga Regular fuimos segundos, lo que nos dio la chance de jugar las semifinales del Play Off. Todo esto fue llegando poco a poco sin haberlo soñado, más que cada uno en su interior, de hecho utilizamos más la filosofía del Cholo Simeone de ir partido a partido, sabiendo que lo que nos daría resultado era el trabajo semanal más que cualquier otra cosa, y creo que ahí estuvo la clave de ser el equipo más regular de la Liga”, admite el entrenador argentino.
Luego, en la final por el título de la Liga Iberdrola, nombre actual de la Superliga Femenina de España, el Barça cayó en tres partidos ante Minis de Arluy VB Logroño, que ganó su sexto título consecutivo. “Fue un sueño hecho realidad para muchas de estas chicas, que nunca han jugado una final, y para un club que accede a ella por primera vez en su historia. Sabía que ser campeón era una tarea demasiado complicada, pero nadie nos quitaba la ilusión de romper la hegemonía de un Logroño que llevaba cinco ligas consecutivas”.
Su rival nunca perdió un partido en serie final. Para los que crean que el Fútbol Club Barcelona es Disney, quizás sea cierto, pero allí deportes como el vóley viven en la periferia del monstruo mundial. “Somos un deporte asociado, ellos dicen dentro de los deportes amateur. Sólo el basquet, el handball y el fútbol sala son profesionales. A los demás deportes, les dan una ayudita para que subsistan”, cuenta. Una de esas ayudas es la de alquilar lugares alternativos de entrenamiento y juego, mientras finalizan la Ciudad Deportiva para los deportes amateur.
Tanto el ser argentino en esa ciudad, como ser entrenador de vóley argentino en el vóley español, generan “un respeto muy grande y cero discriminación; creo que en todos los deportes hubo muchos antes y hay muchos ahora que nos jerarquizan y eso se nota”.