En un Monumental preparado para la revancha, embanderado de blanco y rojo, y con cantitos que se escucharon desde todos los rincones. Pero, finalmente, el festejo quedó en manos de Boca, que al igual que en el duelo en el Quinquela Martín, se adueñó nuevamente del Superclásico con una victoria ante River por 3-1.
El clima era digno de un Superclásico. De hecho, la ansiedad que sentía en el público se reflejó dentro de la cancha en el inicio del partido, donde los dos equipos comenzaron imprecisos y sin poder sacarse diferencias. La paridad se mantuvo a lo largo de todo el parcial. Así lo reflejó el 8-7 con el que Boca llegó arriba al primer tiempo técnico. También el 13-15 que marcó Oliva para que River se mantenga a tiro de las visitantes, y el 25-23 con el que las Guerreras atraparon en el set.
Con la misma tónica arrancó el segundo episodio, en el que punto tras punto fue subiendo la temperatura. Es que el Millonario empezó a encontrar buenos caminos a través de Nielson y Verardo, y se fue al primer tiempo técnico en ventaja (8-7). Sin embargo, el conjunto azul y oro rápidamente pudo darlo vuelta desde la presión del saque de Galiano y amplió la diferencia a 16-10 a partir de las correctas decisiones de Tosi. Pero cuando parecía que la historia estaba inclinada hacia el lado de Boca, Gildenberg y Oliva se empezaron a cargar al hombro una remontada con la que achicaron distancias a 14-18. No conseguía fácilmente los puntos River, sin embargo, con garra y contagiadas por el entusiasmo que bajaba de las tribunas en forma de canciones, las millonarias se pusieron a un punto del rival (20-21) con dos aces de Verardo. Un excelente tramo de Nielson empujó al local a pasar al frente y Oliva se encargó de igualar la historia provocando que el bloqueo rival mande la pelota afuera.
Contra los pronósticos que, a priori, anticipaban un desenlace parejo, Boca marcó un quiebre desde el inicio del tercer set del que River nunca pudo acomodarse. Nosach y Tiso llevaron las cosas a 16-10, y Cossar desde el saque presionó para conseguir el 20-13. La mejora en la defensa Xeneize se juntó con algunos desaciertos de River, que terminaron desencadenando el 25-17 a favor del visitante.
En el último capítulo, las Guerreras salieron decididas a sellar la victoria y consiguieron una diferencia inicial de cuatro puntos (4-0), que después se agrandó a seis (13-7). Boca se apoyó en los remates de Tosi y consolidó la defensa y el bloqueo, con destacados aportes de Espinosa cada vez que ingresó, mientras que River no pudo encontrar los caminos para tomar las riendas del juego y terminó cayendo con un 25-17.
Rocío García