«Sé hijo de la creación, de las entrañas de la tierra, hecho de frágil barro, tierno. Amasado por la vida, cocido por el fuego del dolor y la luz de la alegría. Confieso que el tesoro que anida adentro no me pertenece, es don de la naturaleza que fue derramado en mí, mezclado con barro. No soy cuenco que conserva su tesoro. Soy de barro frágil entregado a ti naturaleza, hijo del cielo, de lo alto, atravesado por la luz».
Estas palabras, escritas por José María Hiruela Muñoz, el papá de la Pantera jujeña Camila Hiruela, la primera jugadora descendiente colla en la Selección Argentina Femenina, resuenan en la retrospectiva de la clasificación al Campeonato Mundial de Japón 2018.
Claro que el paso rumbo al segundo Mundial consecutivo lo dieron Las Panteras en cancha, en Arequipa, Perú, sede del Preolímpico. Pero, como casi siempre, un resultado tiene una explicación, un contexto, una preparación, un anclaje.
Ahora nos remontamos al FIVB Grand Prix en Neuquén, allá por julio, en el que Las Panteras perdieron los tres partidos del grupo en el Ruca Che ante Canadá, Croacia y Polonia. Con la mente puesta en el gran objetivo de la temporada -la clasificación al Campeonato Mundial-, Guillermo Orduna y su cuerpo técnico le transmitieron a José Hiruela, espectador de los saques furiosos de Camila en su primera experiencia en la Selección Mayor, el deseo de poder hacer la adaptación a los 2300 metros de altura de Arequipa en Jujuy. Orduna tenía referencias de un entrenador argentino e instructor FIVB, el Dr. Eduardo Bellmann, en el camino de preparación a un Campeonato Sudamericano.
Hiruela puso manos a la obra. “Visualicé una tremenda oportunidad, empecé a trabajar y sondear al gobierno y a evaluar qué ciudad tenía las mejores condiciones climáticas, atmosféricas, de alojamiento y estructura”, recuerda el entrenador, que trabajó junto a su hermano Gustavo para llegar al Concejal Lisandro Aguiar, contacto directo con el Gobernador de la provincia Gerardo Morales. “Metele para adelante», resumió la máxima autoridad de Jujuy, quien ya lleva un par de temporada bien cerca del vóley (Presentación de la Selección Masculina 2016, Amistosos en Jujuy masculinos y femeninos, Premundial 2017 Masculino).
Con el Presidente de la Federación Jujeña, Alberto Guevara, apuntalando al equipo, con Bellman sumado, con los Hiruela y las autoridades presentes, se llegó a la conclusión de que Humahuaca, la increíble Quebrada, encerraba las necesidades planteadas para la preparación. Las autoridades de la ciudad se pusieron a disposición rápidamente y el equipo se completó: Romina Velázquez, Jorge Acho, Inti Valdez, Lucas Arias, Mauro Rivarola, Gustavo Caliva, Andrea Olmedo.
Por esas tierras, un apellido como Hiruela, con los logros de Camila en el haber, junto a la identidad construida por Las Panteras, sumaron para un rápido enrolamiento de tantos actores fundamentales y generosos.
Trabajo articulado entre el Gobierno de Jujuy, la Municipalidad de San Salvador y de Humahuaca, el Club Sociedad Española, la FeVA y el ENARD, y el sueño se puso en marcha, con la certeza de un año complicado en resultados y funcionamiento, pero con la ilusión de que ni una gota de esfuerzo y creatividad quedaría pendiente en el camino a Arequipa.
Hiruela lo analiza en dos planos: “En lo personal, yo entendí que era el broche perfecto para mi trabajo con Camila, en su tierra, en su cultura, con sus afectos y siendo integrante de lo máximo en su carrera, de Las Panteras. Era la chance de devolver a su MAMA lo que la tierra le dio (Pachamama). Como una especie de ofrenda.”
“El Gobierno lo vio como una oportunidad en varios aspectos, pero sobre todo de mostrar al mundo, empezando por Argentina, que desde Humahuaca se puede hacer un trabajo importante para la adaptación a la altura”, agrega Hiruela.
CIENCIA A CONCIENCIA
La ciencia indica que son necesarios 21 días para la adaptación ideal a la altura, para incrementar la cantidad de glóbulos rojos. Pablo Añon, preparador físico de Las Panteras, pone en relieve un hecho fundamental en la preparación del equipo: “Creo que el éxito radicó en un trabajo interdisciplinario entre especialistas, el médico Arnoldo Álbero, el kinesiólogo, en mi caso con la preparación física, y los entrenadores. Sólo así pudimos lograr que todas llegaran al mejor rendimiento. Fue una periodización quirúrgica”. Añón entiende que el objetivo trazado en el plano físico fue el de “adaptarse a convivir con pulsaciones más altas, al déficit de oxígeno, malestar que se va superando con los días, paulatinamente. Y lo más importante, adaptarse al vuelo de la pelota, que tiende a viajar más debido a la menor densidad en el aire”.
Pero el PF no dejó escapar una de las claves: “Consolidar el grupo trabajando todos juntos”. Claro, en una temporada de lesiones, bajas, extensa en el calendario con la obligación de los clubes para algunas jugadoras en el exterior, sólo una semana antes de viajar a Jujuy pudo reunirse el plantel completo y a disposición.
Allí también fue vital el aporte del Dr. Bellmann, especialista en altura, quien colaboró con el Dr. Álbero. Controles fisiológicos periódicos para notar evoluciones y dosificar el trabajo. Dice el PF: “Ellos señalaron la importancia clave de las dos primeras sesiones de entrenamiento para no acumular fatiga rápidamente, por lo tanto fuimos graduando el trabajo”. Asimismo, se realizaron controles con GPS para medir la carga, la cantidad de saltos, las alturas de los saltos. “Armamos una ondulación de la carga perfecta, llegamos al punto justo de valores de salto en el final del trabajo”, se enorgullece Añón.
Hasta aquí la explicación científica, pero…
“La quebrada es mágica; sus colores, sus olores, el cielo que te toca y tan intenso, el sol, Inti, te invade de energía, nuestra tierra Madre (Pachamama)… Te exige una ofrenda, la música del viento mezclada con la de las quenas. Es de esos lugares donde el alma se encuentra y se inspira. La mística brota en forma natural. Tierra de colores y de epopeyas históricas”, describe Hiruela.
“Para nosotros fue muy bueno”, inicia la capitana del plantel Tatiana Rizzo. “Primero porque entrenamos a 3000 metros y luego bajamos a los 2400, lo cual amortiguó el golpe. Nos ayudaron médicos, cardiólogos, hasta nos tranquilizaron cuando, en el quinto día de concentración, tuvimos un retroceso esperable en la adaptación en el que todas sufrimos la falta de aire. A nivel grupal, concentrar te hace verte todo el día la cara, y allí se resuelve todo. El equipo se afianzó mucho en Humahuaca, además de recibir el cariño de tanta gente. Tanto en lo físico como en lo grupal fue excelente. El lugar tiene una mística que me encantó, y la gente de allí, humilde y cariñosa, hace que el entorno sea espectacular”, cierra ‘Tato’.
Desde la nación Humahuaca, desde sus nativos guerreros, luchadores y defensores de su historia, se construyó una identidad. Y Las Panteras fueron allí en busca de la suya. “Quizás todo esto se hizo carne en Las Panteras, quizás allí respiraron la adversidad y lograron transformarla en unión y fortaleza”, apuesta el papá de la Pantera Camila, la primera colla en lo más alto del vóley femenino. Y en su agradecimiento personal no olvida las raíces: “Estoy lleno de agradecimiento a la vida y a la PACHAMAMA, por semejante oportunidad para mi hija, humilde, guerrera, alegre (juy- juy) y sobre todo empática”.
Martín De Rose