Llegó a su fin la primera parte del año para Las Panteras, que afrontaron el último fin de semana de la Volleyball Nations League en Santa Fe y le pusieron cierre a una exigente competencia en la que enfrentaron a las mejores selecciones del mundo. El entrenador Guillermo Orduna habló en exclusiva con Somos Vóley sobre el balance del torneo y los objetivos de la temporada, que apuntan con creces al Campeonato del Mundo en Japón.
Luego de 15 partidos en un mes, con visita a cinco ciudades del mundo, la Liga de Naciones significó un verdadero reto para la Selección. Para Orduna, la incursión de su equipo en la primera edición del certamen fue positiva: «El torneo fue muy exigente a nivel psicológico, de rendimiento táctico-técnico de los rivales y también a nivel físico por la cantidad de partidos y viajes. Creo que el equipo respondió muy bien, con capacidad de superarse y afrontar cada partido como un nuevo desafío.»
Pese a los resultados adversos -Argentina ganó únicamente en su presentación ante Corea en Santa Fe-, los frutos de la Liga de Naciones pasaron por el crecimiento del grupo, según explicó el entrenador: «Fue importante la interacción entre las jugadoras más expertas con las más jóvenes para sacar adelante situaciones difíciles. Se evolucionó como equipo y hubo crecimientos individuales importantes, así que el saldo es positivo.»
En la previa, se sabía que Las Panteras enfrentarían un nivel de juego superior al que estaban acostumbradas, dado que como nación desafiante se metieron entre los mejores 16 equipos del mundo, un escalón más arriba de lo que venían afrontando dentro del Grupo 2 del Grand Prix. El foco de la competencia, entonces, pasaba por utilizar el certamen como instancia preparatoria para el Mundial, el gran objetivo de la temporada. «Esta primera parte del año pretendemos capitalizarla en el Campeonato del Mundo, apuntamos a crecer durante esa competencia y a avanzar a la segunda ronda, algo que no pudimos hacer en anteriores participaciones», ratificó Orduna.
Para Las Panteras será la segunda participación consecutiva en el torneo más importante de la disciplina, que se disputará en Japón desde finales de septiembre. Ahora, el foco de trabajo estará en sostener los tramos de buen juego, según desarrolló el entrenador: «Terminamos cada partido con momentos de buen nivel, pero nos falta la experiencia y la cantidad de entrenamiento para poder mantener este ritmo de competencia. Estamos por buen camino de cara al futuro.»
Una de las notas más importantes de esta primera etapa tuvo que ver con la aparición de jugadoras jóvenes en el primer equipo. Los casos de Anahí Tosi, Agostina Soria o Victoria Michel Tosi se suman a un movimiento que ya supo verse en 2017 con Antonela Fortuna, Elina Rodríguez o Camila Hiruela. Ese es, quizás, el punto más alto de lo que dejó la Liga de Naciones. «Ponerse la camiseta de la Selección Mayor demanda un desafío personal grande que las chicas han asumido dentro y fuera de la cancha. Están muy motivadas y con ganas de seguir aprendiendo», declaró Orduna.
Para cerrar, el entrenador fue optimista: «Estoy muy contento por la evolución de todas las jugadoras. Muchas chicas se afianzaron y dieron un salto de calidad en todos los aspectos. Pudieron soportar la presión de este nivel, la autoexigencia personal y llegaron con mucha entereza al final de la competencia». Las Panteras ahora tendrán unos días de descanso antes de comenzar a trabajar pensando en la Copa Panamericana, torneo clasificatorio a los Juegos Panamericanos 2019.
Solange Didiego