La pelota de vóley volverá a volar al aire libre. Esta vez, el Estadio Arena da Baixada de Curitiba, hogar del Club Atlético Paranaense, será el escenario de las finales de la Liga Mundial, que se desarrollarán del 28 de junio al 2 de julio.
Será la tercera vez que el vóley desembarcará sobre estadios de fútbol brasileros sin techo. Sin ir muy lejos, en 2016, el país vecino celebró a todo trapo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, con dos partidos amistosos en el propio Arena da Baixada y en el Estadio Nacional Mané Garrincha, en Brasilia.
Si nos remontamos 34 años atrás, en 1983, el primer acontecimiento en tierras cariocas fue el recordado “Desafío Grande del Vóley”, un encuentro entre Brasil y URSS que se desarrolló en el Maracaná y marcó un hito en la historia del deporte, con un récord de 95 mil espectadores atestiguando la victoria brasileña sobre los soviéticos por 3-1.
Claro que si de precedentes más cercanos se trata, la apuesta de la FIVB y la Federación Polaca en el Mundial Masculino 2014 resultó ser una verdadera fiesta, con casi 62 mil almas vibrando en el encuentro de apertura del torneo entre polacos y serbios, en el estadio nacional de Varsovia.
Incluso, al año siguiente, la Liga Mundial desembarcó en el mítico Foro Itálico de Roma, con un partido entre Brasil y el equipo azzurro.
Lo cierto es que 43 mil espectadores serán testigos de una nueva fiesta del vóley que, una vez más, volverá a romper con los esquemas.