“Qué cosa linda que sos LIBERTAD. Cómo me gusta llorar por vos. CAMPEONES COPA ARGENTINA SUB 23”. Hace apenas dos años y medio atrás arrancábamos así una nota del título en una Copa Sub 23 cuando pocos conocían a un tal «Libertad de San Jerónimo». Quién iba a decir que en tan poco tiempo casi la mitad de ese equipo que festejaba en Chapadmalal, hoy iba a celebrar un ascenso a la Liga A1.
Esas palabras eligió Dardo Müller allá por septiembre de 2014 cuando Libertad se quedó con la Copa Argentina Sub 23, año en el que el club de San Jerónimo inició un camino de crecimiento que no se frenó jamás (Ver Nota SV 18/09/2014).
Justamente Müller, opuesto de ese equipo Sub 23, es quien este fin de semana dio la nota cada vez que le tocó entrar a sacar en la semifinal contra Ateneo. Pero además de él, Nicolás Perren, Diego Hang, Cristian Perren, Gastón Neif y Fabio Hang también estaban en ese plantel que se consagró en Chapadmalal y hoy “es de primera”. A ellos se les suma Matías Albrecht, más grande pero también surgido de la cantera de Libertad.
Es que más allá de los refuerzos importantes en la base titular del equipo como lo fueron Tomás López y Lucas Gregoret, Libertad no perdió su identidad y apostó al crédito local para completar su plantel y llegar al sueño del ascenso.
Después de ese gran 2014 de ese grupo de “pibes”, en 2015 Libertad hizo su primera incursión en la Liga A2 con el apoyo del sponsor principal del equipo, Aberturas Burgi. En esa experiencia inicial con la base de estos mismos jugadores locales pasó la primera etapa y llegó hasta los triangulares post fase regular.
Al año siguiente volvió a apostar casi con el mismo plantel, sólo un par de caras nuevas y se metió entre los cuatro mejores. Llegó a semifinales ante un histórico como River y le sacaron del buche la final después de ganar el primer partido y perder en San Jerónimo 3-1 y 3-2. La desazón en este momento fue increíble: habían quedado a un paso del ascenso.
Libertad fue invitado por la ACLAV a ser parte de la Liga A1 16/17 pero esos mismos “pibes” fueron los que insistieron para jugar una A2 más. Es que ellos se querían ganar el ascenso, no llegar por una invitación.
Y por eso esas lágrimas del final. El orgullo de un equipo y de un pueblo que vive el vóley con mucha pasión y que hoy está en la elite nacional. Y por mérito propio. Salud Libertad.
María Eugenia Candal
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