Siempre variando, siempre dinámico, el vóley sigue en busca de su mejor configuración como juego y como espectáculo. Es por eso que, en la próxima temporada de clubes en Italia, se pondrá a prueba el uso de una tarjeta verde, algo que ya funciona en otros deportes.
La tarjeta estará asociada con el desarrollo del video check, el sistema de revisión de jugadas por tecnología que se utiliza en la SuperLega de Italia. La intención es que, a diferencia de los otros cartones que usa el vóley (amarillo y rojo), tenga una connotación positiva: aquel jugador que reconozca un fallo arbitral previo a la solicitud de un challenge, recibirá una tarjeta verde como respuesta.
El ejemplo más claro de una situación hipotética de tarjeta verde está en las acciones en la red. Si el remate del equipo A es sancionado como balón fuera, pero hubo roce en algún jugador del equipo B y ese atleta reconoce el toque antes del pedido de revisión de su rival, será premiado con la tarjeta verde.
La intención es alentar a los jugadores a realizar esta muestra de fair play, pero no tanto por el juego limpio en sí sino para reducir la duración de un partido, ya que se estima que el éxito de esta medida, al provocar una disminución en los pedidos de challenge, puede derivar en tres o cuatro minutos menos de demora en el juego.
Ahora bien, a veces no alcanza con solamente premiar una acción de buena fe para que se promueva su práctica. En Italia lo tienen presente, por lo que el proyecto incluye, al cierre de la temporada, la entrega de un monto económico para el equipo que haya acumulado más tarjetas verdes.
Incluso, se estudia ir más allá y penar a aquel jugador que no colabore con esto, es decir que ignore un roce que luego sea percibido en el video. En este caso, sí con las cartulinas habituales: una amarilla de advertencia primero e ingreso a la escala de sanciones después, si la práctica es mantenida.
De esta manera, surgiría una nueva tarjeta en el vóley, una que por ejemplo ya existe en el hockey, pero como antítesis puesto que la verde, en dicha disciplina, implica una advertencia acompañada de dos minutos de expulsión. El deporte que sí cuenta con ejemplos de una tarjeta verde benigna es el fútbol, pero en forma esporádica y no oficial: existen ensayos en el plano local en Brasil, en la Serie B de Italia o en la Confederación paralela que existe a nivel mundial (ConIFA), en todos los casos como reconocimiento al juego limpio.
Sergio López
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