Todavía sigue sonando bien fuerte lo hecho por la Selección Menor en el Mundial Sub 19 en Chaco. Y dentro de este plantel de 12 jugadores que llevaron a la Argentina a la final, hay un caso especial. Es que Manuel Balagué, santafesino él, fue el último en sumarse a este grupo, vivió su primer torneo con la Celeste y Blanca y la rompió.
El jugador de Villa Dora había sido convocado previamente pero en 2013 y 2014 no había quedado en el equipo que representó a la Argentina y se consagró campeón sudamericano en esos dos años.
A la hora de repasar las expectativas para este Mundial que se acaba de ir, Balagué destacó: “La verdad que cuando comenzamos con las concentraciones veía como algo muy lejano y difícil de alcanzar la final ya que yo recién me incorporaba al grupo, pero a medida que pasaban los meses y las concentraciones ya se veía como más posible. Ya en el arranque del Mundial sentía que el equipo tenía la confianza y convicción para llegar a lo más alto”.
Sin dudas, más allá de las virtudes del equipo, jugar a estadio lleno siempre en Sarmiento fue uno de los hechos inolvidables e importantes para esta Selección. “El público fue un factor muy importante para nosotros, ya que desde los amistosos en Villa Ángela contamos con todo su apoyo. La gente nos alentó siempre, cualquiera sea el resultado, y yo creo que a los demás equipos les pesó mucho tener todo el estadio en contra”, explicó el jugador que se desempeñó como el opuesto titular del equipo argentino.
Ya en su Santa Fe natal, el jugador surgido de las inferiores de Villa Dora destacó que lo que más le gusto fue “el grupo que se formó ya que tanto los jugadores como el staff estábamos muy unidos y fue una experiencia realmente hermosa gracias a cada uno de ellos”.
El camino de Balagué para volver a ser citado a la Selección se hizo realidad después de la buena Liga A2 que él hizo para Gimnasia y Esgrima de Santa Fe. En marzo fue convocado otra vez y ahí paso a paso se fue consolidando en el grupo.
No obstante, este Mundial no dejaba de ser su primera experiencia de Selección. “Al principio me sentía muy nervioso de representar al país y más en un torneo tan importante como el Mundial, pero de entrada el equipo y el staff me dieron al confianza necesaria para poder dar lo mejor de mí en cada partido”.
Por último, a la hora de repasar quiénes fueron importantes en su corta pero significativa carrera en el vóley, Balagué, de 17 años, expresó: “Para mí todos mis entrenadores lo fueron (Pato, José, Iván, Mauricio y Poli, que son mis actuales entrenadores en Villa Dora). También lo son los chicos del club con quienes juego desde los 8 años y con ellos aprendo en cada entrenamiento. Además, mis padres, que fueron los que me iniciaron en este deporte y me acompañan en cada momento y, por último, Damián Kranenborg, que con él nos pasamos todo el verano haciendo ataque y defensa”.
María Eugenia Candal
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