Martín Blanco Costa: De jugador a asistente técnico campeón en dos años

by Sergio Lopez
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Su carrera cambió en forma drástica. Dos años atrás, Martín Blanco Costa detuvo su marcha como jugador, volanteó y decidió pasar del otro lado, a integrar un cuerpo técnico. Pero nada ordinario le pasó, en realidad. Su decisión contó con condimentos extraordinarios. Se transformó de inmediato en asistente técnico del italiano Camilo Placi, ex entrenador de la Selección de Bulgaria y uno de los entrenadores fuertes en términos de prestigio internacional, que hoy dirige al VC Fakel Novy Urengoy, primer campeón ruso de la Challenge Cup de Europa.

Cuenta Blanco Costa: “La decisión la tomé mientras estaba jugando en Egipto”. Primer dato extraordinario, su último club. “Todavía faltaban dos meses para terminar el campeonato y recibí un llamado para cambiar de rol. No lo dudé, entendí rápidamente que oportunidades como estas se presentan una sola vez en la vida. Coincidió todo, mis ganas de trabajar como entrenador y la oportunidad de empezar mi camino en el más alto nivel, de la mano de uno de los entrenadores más respetado mundialmente”.

No resulta habitual un cambio tan veloz, cerca de los 30 años, y en un destino exótico. Su último partido fue justamente en el Zamalek de Egipto, logrando un título que el club venía buscando desde hacía tiempo. “Fue una experiencia hermosa desde todo punto de vista, además tuve el placer de poder compartirlo con mi pareja Lorena, que me sigue a todos lados”, reconoce.

Otro dato fuera de lo común. Su primera experiencia como asistente fue nada más y nada menos que en la Liga A1 de Italia, nuestra NBA, en la Top Volley Latina. “Ganamos 3-0 de visitante contra Padova. Fue un partido muy especial porque la pretemporada con el equipo fue atípica, durante la semana trabajaba con el equipo en Italia y los fines de semana viajaba a Serbia para colaborar con la selección, donde Camilo y Nikola Grbic eran los entrenadores”. Todo allá arriba. Italia, Serbia, en el máximo nivel. Livianito para arrancar.

¿Cómo llegó Camilo Placi, entrenador con experiencia de A1 desde 1985, ex Modena, Cuneo, Latina y Trentino, entre otros, a conocer a nuestro Martín Blanco, ex Ferro, ex Bolívar, ex Selección Argentina, entre otras experiencias? Lo contesta Martín: “Cuando él era entrenador de la selección de Bulgaria y yo jugaba para la Selección Argentina, entre la Liga Mundial y el Campeonato Mundial jugamos varios partidos contra ellos. Después de unos años nos volvimos a cruzar en Egipto, él trabajaba para El-Jaish de Qatar. En una charla de café le planteé mi deseo de empezar a prepararme para ser entrenador, por lo cual me mostró gran parte de su trabajo, y quedé impresionado con la cantidad y calidad de contenidos que maneja”.

El tiro al blanco fue que sonó el teléfono: “Dos semanas después me llamó para ofrecerme la oportunidad de empezar a trabajar con él y no lo dudé”.

Con su nuevo equipo ruso, el Fakel Novy Urengoy, llevó por primera vez a ese país la Copa Challenge de Europa, en una final en la que enfrentó nada menos que al Chaumont del líbero argentino Sebastián Closter. La copa llegó con dos 3 a 1, en la ida y en la vuelta.

Ahora, con título europeo, Мартин Бланко Коста sostiene que el lauro “sirvió para confirmar el gran crecimiento que tuvo el equipo en los últimos meses, tanto en lo táctico como en el crecimiento técnico individual. A nivel institucional fue muy importante porque hacía diez años que el club no podía ganar algo. Y el dato de que es el primer equipo ruso en ganar la Challenge Cup le puso un condimento especial”.

El mito dice que la vida en Rusia no es simple. Y Martín aporta su visión: “Es complicada, ya que se vive y se entrena en una ciudad llamada Serpukov, 100 kilómetros al sur de Moscú, donde no hay mucho para hacer. También influye mucho el hecho de que de local se juega en una ciudad llamada Nowy Urengoy, al norte de Rusia, precisamente en Siberia, a 4 horas de vuelo de Moscú. Las temperaturas son extremas en Siberia, ahora empezada la ‘primavera’ está haciendo 20 grados bajo cero. En el invierno han pasado llegó a menos 50 grados. Una locura”.

Su próximo destino es Argentina, en receso hasta agosto. “Imagino que mi futuro cercano es acá en Rusia; ya tengo arreglado un año de contrato con Fakel y estoy muy contento”. Eso, en el corto plazo. “A largo plazo quiero poder convertirme en un entrenador completo y capacitado, ya que estoy aprendiendo de unos de los mejores entrenadores del mundo. El nivel que se maneja es muy alto y estoy convencido de que este es el mejor camino para mi futuro profesional”.

Martín De Rose

 

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