El arte y el deporte son mundos distintos. Pero, claro, puede suceder que un artista se vuelque al deporte, o en el sentido contrario, que un deportista comience a coquetear con el arte. En nuestro vóley vernáculo podemos contar algunos casos: actores, músicos, cocineros, bailarines profesionales. Y también dibujantes, de los buenos.
Tal es el caso de Alejandro Ronconi, nacido en María Grande, Entre Ríos, que arrancó en el vóley de piso en sus pagos. El “Ale”, el “Ronco”, hizo su más importante paso por el deporte como jugador de beach volley, con duplas de primer nivel nacional como Julián Azaad (hoy en la Selección argentina) y Ángel Verzzali. Títulos en el Circuito Argentino, representaciones sudamericanas y varias exhibiciones lo transformaron en los últimos años en uno de los principales exponentes de la arena, como un defensor luchador y dedicado, amante de la especialidad como un puñado cultores en nuestro país
Fue el mismo deporte quien lo inició en su actual perfil artístico del dibujo, y él mismo lo cuenta. “Todo resurgió con muchas fuerzas después de una estadía accidentada en Mar del Plata hace 2 años. El estrés y un pelotazo en el ojo despertaron un problema que traía de pequeño, que me obligó a estar fuera de las canchas, lejos del sol. Pasé un verano encerrado en mi casa, con pocas actividades. Leer cómics y dibujar fueron las principales. En la búsqueda de serenidad y equilibrio, intenté andar un camino en el cual el objetivo era llegar a dibujar historias para cuando mi sobrino empezara a leer. A él todavía le faltan un par de años”, resume Alejandro.
Claro, él tampoco esperaba que su problema en la vista se prolongara por demás, y que la arena, el sol y la transpiración fueran enemigos principales (los malvados del cómic) para su recuperación. “Para cuando me curé, ya había tomado muy en serio el dibujo. Estudié, practiqué, dibujé. Lo hice muchas veces, y lo sigo haciendo”, cuenta.
A sus 32 años, el compañero que catapultó a su vecino Julián Azaad (de Cerrito) al Circuito Argentino pudo vincular sus dos pasiones con creatividad, y nos regaló postales de Súperman, Batman o el Capitán América jugando al vóley: “Lo de los superhéroes jugando al vóley es una idea, una fantasía. Siempre están combatiendo el mal, pero todos tenemos un poco de los héroes de cómics. Yo creo que dibujarlos jugando puede ser hasta metafórico. Resaltar, inmortalizar momentos de héroes cotidianos, eso me gusta. Es muy gratificante para mí alegrar a la gente leyendo algunas pequeñas historias, o simplemente dibujándolos”. Experiencia personal de quien suscribe, el «Ale» logró plasmar mis nulos atributos en la arena en un par de viñetas bajo el nombre «Yo te vi jugar«.
Ronconi sueña a voz firme. Traza sus deseos: “Dentro del dibujo, como en todo, no ponerme límites y llegar a ser bueno, pero bueno. Poder vivir de esto que tanto disfruto sería lo máximo. En el deporte, jugar a un alto nivel nuevamente, porque ya estoy sano.”
Mientras sus dibujos ya giran en una rueda profesional que provoca caricaturas a pedido, o dibujos para medios locales, Alejandro Ronconi ya sabe que volverá al Circuito Argentino, esa instancia de competencia en pleno desarrollo que busca, con avances y retrocesos, una identidad, pero que año a año se reinventa recorriendo el país y conquistando más “locos” fanáticos, esos superhéroes locales que recorren kilómetros por ruta tan sólo para jugar al beach volley.
Martín De Rose
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