Previo al Decreto de Necesidad y Urgencia a través del que el Gobierno nacional impuso una cuarentena obligatoria en todo el país para evitar la propagación de la pandemia de coronavirus (Covid-19), los planteles femenino y masculino de River decidieron por motu propio realizar un aislamiento preventivo, a raíz de que dos integrantes (uno de cada rama) tuvieron contacto directo con una persona llegada de Francia, uno de los países considerados como zona de riesgo.
Responsabilidad asumida, cuarentena cumplida. Este martes, ambos equipos llegaron al día final de su aislamiento preventivo y ninguno de sus integrantes presentó síntomas. Pegado a eso, su estadía en casa continúa, acatando las órdenes de las autoridades nacionales. Como todos.
Martín Castro, entrenador del equipo femenino, le contó a Somos Vóley que desde la semana pasada, a través de una aplicación, las 18 jugadoras se reúnen virtualmente en un entrenamiento bajo las órdenes del preparador físico, Guillermo Cazón. Claro que, por cuestiones de espacio, practicar con pelota se complica, por eso el entrenamiento está apuntado a los trabajos físicos.
«Estuvimos entrenando toda la semana con muchos ejercicios preventivos, zona media y metabólicos con alguna transferencia técnica, desplazamientos laterales, salto, bloqueo», ejemplificó Daniela Gildenberger, quien además de las prácticas con el equipo, suma una serie de ejercicios extras en algún momento de su día: «Me arme una especie de gimnasio en el patio de casa con algunos elementos más como un TRX, gomix, algunas mancuernas y una barra».
A pesar de la distancia, la tecnología les permite mantener, aunque sea por un rato, ese sabor de entrenarse en equipo. «Habernos visto las caras durante esta semana ayuda a no extrañar tanto y pasar un momento juntas», señaló la capitana.
Un plan similar lleva adelante también el equipo masculino. El cuerpo técnico les compartió a los jugadores una rutina física y de flexibilidad, adaptada a las posibilidades que cada uno tenga y con las herramientas caseras con las que pueden contar.
«Tengo que rebuscarmela en casa con bidones de agua, saltando la cuerda, levantando cualquier cosa que esté a mi alcance con peso. Trabajando mucho la zona media, haciendo ejercicios físicos y arreglandomela como puedo», relato Gastón Fernández, que hasta que la administración se lo permitió, entrenó el sum del edificio en el que vive.
Al margen del entrenamiento físico, el central también puso énfasis en trabajar la mente en tiempos de vida entre cuatro paredes. «También tenemos que estar fuertes de la cabeza en estos momentos porque si no te deprimís», sostuvo. Y, entre risas, contó algunos detalles de su día a día. «Además de entrenar ya no sé qué película ver en Netflix, qué libro leer. Entonces me la paso tomando mate, entrenando, viendo lo que no vi y cocinando, me llevo muy bien con la cocina», cerró.