A comienzos de la semana, la Agencia Mundial de Antidopaje (WADA, por el inglés World Anti-Doping Agency) le aplicó a Rusia una sanción ejemplar para el deporte mundial: la prohibición de participar en las principales competencias internacionales por cuatro años. Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 aparecen como el principal certamen afectado por la decisión, pero para el mundo del vóley hay todavía más en el horizonte.
No es la primera vez que esta nación se ve involucrada en noticias de dopaje. Una, de hecho, tuvo al vóley como eje: el caso de Alexander Markin, receptor punta de Dínamo Moscú y de Selección que fue sancionado en enero de 2016 por el escándalo del meldonium, pero recibió la absolución meses después. El atletismo ruso, ese mismo año, fue excluido de Río 2016 por el dopaje de Estado. Tales antecedentes endurecieron la postura de la WADA, que a comienzos de 2019 le exigió a un organismo ruso (RUSADA; el ente antidoping a nivel nacional) la entrega de datos brutos de controles, los cuales fueron manipulados (desaparecieron casi 150 pruebas) y por ese hecho vino el castigo de cuatro años.
Resumida la noticia, las consecuencias: Rusia queda prácticamente borrada del mapa. No sólo Tokio 2020, sino también los Juegos Olímpicos de Pekín 2022 o los próximos Juegos olímpicos de la Juventud entran en el espectro de suspensión. Pasó algo parecido en los Juegos de Invierno 2018 en Pyeongchang, donde algunos atletas rusos pudieron competir forma neutral. Es decir que, a futuro, aquellos que logren probar estar fuera del escándalo podrían participar sin portar la bandera rusa.
La sanción emitida este lunes desde Suiza (que puede ser apelada dentro de los 21 días siguientes) incluye, además de competencias multideporte como las mencionadas, cualquier Campeonato Mundial dentro de la órbita de la WADA. Y es este el punto en el que aparece el primer interrogante para el vóley, porque el Mundial masculino 2022 fue asignado a Rusia. El país más ganador del torneo entre los hombres (tiene 6 títulos) no solamente quedaría afuera de la cita, sino que habría que buscar una nueva sede para desarrollarla.
Antes que el Mundial, sin embargo, están los Juegos Olímpicos, para los cuales Rusia tenía clasificación asegurada en ambas ramas. Las mujeres clasificaron primero en Kaliningrado, ganando su zona contra Corea, Canadá y México, mientras que la semana siguiente de agosto se sumaron los hombres, vencedores en San Petersburgo ante Irán, Cuba y de nuevo México.
Al tratarse de una selección, el panorama indica que Rusia será removida de esos lugares (no se trata de atletas individuales), dando lugar a un nuevo signo de pregunta sobre cómo se distribuirán esos cupos. A menos de un mes de los Preolímpicos continentales, y considerando que todavía Rusia tiene tiempo de apelar la medida, lo más probable es que la resolución llegue luego de los clasificatorios. ¿Posibilidades? Una opción lógica es un nuevo torneo intercontinental, ya que fue dicha instancia la que le dio boleto a Rusia en ambas ramas.
Recién con esa decisión, quedará más claro si la exclusión genera algún cambio para Argentina. Para el equipo masculino, ya clasificado, podría haber una alteración en el armado de las zonas de primera ronda, mientras que para Las Panteras, que se jugarán todo en enero, no sería descabellado pensar en la posibilidad de un repechaje si quedan como el mejor equipo sudamericano entre los no clasificados.