La triste noticia se consumó el fin de semana, pero los coletazos duraron algo más. A pesar de haber estado clasificada para el Final Four del Grupo 3 del Grand Prix, la Selección Femenina de Venezuela no pudo llegar a tiempo a Canberra, Australia, y la definición que terminó consagrando a Hungría se disputó con solamente tres equipos.
Venezuela ya había sido protagonista de algo similar con su equipo masculino, que no llegó a su primer partido por el Grupo 3 de la Liga Mundial en Frankfurt, Alemania (Ver nota). En este nuevo episodio sin precedentes (primera vez que pasa en el Grand Prix) y con la misma nación en el centro de la escena, hay aristas similares y otras distintas, al tiempo que parece otra situación que no está directamente encadenada a la actualidad política del país.
En el caso de las mujeres, Venezuela había clasificado a las Finales como tercero de la tabla general del Grupo 3, con una buena campaña de 4-2 en victorias-derrotas y sólo habiendo perdido ante Hungría y Francia, los dos que quedaron por encima. Así se ganó su lugar en Canberra, pero los problemas empezaron a menos de 24 horas de la semifinal entre la vinotinto y Australia: ni la organización ni la Federación Australiana tenían ni noticias o información sobre el paradero del equipo sudamericano.
En Australia, la información original era que Venezuela iba a llegar a Canberra el sábado (el día del partido) a las 6 de la mañana, pero en el aeropuerto no había información del vuelo o conocimiento del verdadero horario de llegada. Todo indicaba que el equipo no llegaría, y de hecho no lo hizo, a la semifinal contra el local. La siguiente noticia en suelo australiano arrojó que “un vuelo especial de Venezuela” iba a trasladar al equipo, a Canberra o a Perth, esta última a horas de viaje por tierra del lugar del encuentro.
Este vuelo privado, teóricamente hecho posible por el gobierno nacional (el Ministro de la Juventud y el Deporte, Pedro Infante, asistió a la delegación antes de la salida del país), le hubiese permitido a Venezuela llegar con tiempos mínimos al partido del sábado por la noche, si en Australia decidían esperar por un equipo que debía prácticamente bajar del avión y jugar, o bien competir por el tercer puesto el domingo por la tarde, pero tampoco llegó a destino. Partió a última hora del jueves 20, aterrizó en Brasil y se quedó más de seis horas en San Pablo esperando autorización de despegue para su siguiente escala, Ciudad del Cabo. Esa demora derivó en que, el viernes 21 por la tarde, las propias jugadoras ya confirmaran, desde suelo brasileño, que no llegarían a Australia para el primer juego, y después de una noche en San Pablo el plantel regresó a Venezuela.
A modo anecdótico, un grupo reducido de la delegación sí llegó a Australia: las jugadoras Yessica Paz y Lady Urbina, más tres miembros del cuerpo técnico. Por la tarde del jueves, emprendieron un viaje con itinerario Caracas-Lima (noche allí)-Santiago-Sidney-Canberra, y una vez en Oceanía visitaron al embajador venezolano Daniel Gasparri, pero el forfeit se consumó de todas maneras. Gasparri, en declaraciones a medios locales, aclaró que los incidentes no estaban relacionados con la situación política de Venezuela y que el gobierno había hecho todo lo posible para llevar al equipo a suelo australiano.
Los motivos de esta nueva no presentación parecen más bien administrativos, posibilidad que se había barajado con el caso del equipo masculino. Al concretarse la clasificación de Venezuela en el cierre de la fase de grupos, los tiempos (un puñado de días) no habrían bastado para conseguir pasajes para llegar a tiempo a la otra punta del mundo, y eso se condice con el hecho de que la solución fueron vuelos privados, que luego sufrieron otros problemas y demoras. Si bien la buena campaña de Venezuela en el Grupo 3 permitía pronosticar la posibilidad y hacer reservas de antemano, esto no ocurrió y ahí radicaría la falla central de la gestión, en la falta de planificación.
Como es habitual en esta era, hubo mucho rebote en redes sociales, canal por el que muchas jugadoras se expresaron. En Instagram, Sharlin Bidean publicó que no tuvieron respuesta por varios días sobre los pasajes que necesitaban, ni sobre si los iban a comprar o cuándo se irían para Australia, algo similar a lo que Aleoscar Blanco comunicó por la misma vía, cuando todavía estaban en el hotel venezolano a la espera de los tickets, con valijas armadas pero sin precisiones. Otra referente como María José Pérez, en Twitter, fue quien actualizó la situación del equipo desde los aeropuertos y se lamentó: “Perdimos oportunidades reales de estar en la final”.
A nivel oficial, la Federación Venezolana organizó una rueda de prensa el martes, con la presencia del ministro Infante y en la que la presidenta Judith Rodríguez declaró: “Hasta el momento, la FVV no ha recibido ningún comunicado de la FIVB por alguna sanción, aunque sí hay un procedimiento administrativo por lo ocurrido con el equipo masculino. De haber una sanción, será a la institución, no a los atletas.”
Especial para Somos Vóley,
Rocío Fortuny
Sergio López