El próximo miércoles no será un día más para dos equipos argentinos. Será el día inicial del Sudamericano de Clubes Femenino en La Plata, que marcará un nuevo capítulo de la historia internacional de Villa Dora y Gimnasia y Esgrima de La Plata, dos caminos diferentes que ahora van a converger.
Para Villa Dora, el Sudamericano será una confirmación más del estupendo trabajo que la institución viene realizando en los últimos años. El equipo santafesino afrontará su segunda participación en la elite del continente, pero llega a esta con más espalda que la anterior, como subcampeón de la Liga Argentina. En su debut internacional, en Osasco en 2015, Villa Dora se presentó como el dueño del bronce argentino.
Con esta nueva aventura, además, las Doras le darán forma a un dato no menor, ya que hace un buen tiempo que un equipo argentino no empalma dos participaciones consecutivas en un Sudamericano. Es que Boca, por ejemplo, cosechó tres medallas desde 2009 para acá (y fue el único que fue finalista, en 2012 en Brasil), pero lo hizo en forma salteada.
Villa Dora, entonces, se pondrá a la altura de equipos históricos como GEBA, que supo ser dominador de la plaza continental en los años ‘70 y ‘90, o Ferro Carril Oeste, otro de épocas doradas hace varias décadas. El camino reciente de las santafesinas, con todo esto, puede resumirse en una palabra: consolidación.
Para Gimnasia y Esgrima de La Plata, en cambio, esta historia de laureles, de títulos de Liga y de presencias internacionales, no es para nada desconocida. Aun cuando en la actualidad sufrieron varias eliminaciones antes de cuartos de final y recién en la última Liga regresaron al podio, con la medalla de bronce, las Lobas fueron campeonas de la escena nacional en tres ocasiones, en el inicio del actual milenio, y ese nombre de fantasía fue (y es) palabra mayor en el vóley femenino.
Por eso, que diversos campeones del continente visiten el Polideportivo albiazul en los próximos días significa mucho. Significa, por ejemplo, revivir aquellos recuerdos de Copa Salonpas en Brasil, torneo que, si bien amistoso, supo convocar a pesos pesados del mundo, como el Ravenna de Italia, el imbatible Pesaro o el Münster alemán, que comparten esa lista histórica con Gimnasia.
O también, más allá de la historia particular de Gimnasia y Villa Dora, la cita que se aproxima significa plantar la bandera del torneo en La Plata por primera vez y en Argentina una vez más, para otro momento memorable regalado a todos los que forman parte del voleibol argentino.
Sergio López
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