Cuando jugaba en las inferiores perdía todos los partidos y se quedó con la espina que nunca quedó para un Campeonato Nacional. Si bien tuvo ofertas para jugar alguna Liga A2, recién lo hizo en esta temporada porque previamente priorizó el estudio que lo llevó a recibirse de Kinesiólogo a fines del 2017. De perfil bajo y tranquilo, hoy se convirtió en una pieza clave de este Jujuy Vóley que ascendió a la A1 y va por todo.
Dentro de este Fundación Jujuy Vóley que está pisando fuerte en su mejor A2 histórica, su plantel encierra historias particulares como la del central cordobés Sabino Roldán, el único de los titulares que recién a los 24 años está jugando su primera Liga, desconocido para muchos y que a pesar de su 1,85 demostró estar a la altura de los centrales más destacados de esta temporada.
Sus comienzos en el vóley
“Empecé a jugar al vóley desde los 15, siempre en la Universidad Nacional de Córdoba y he jugado de punta y opuesto, pero en Primera siempre lo hice como central”, relató Roldán. No obstante, sus comienzos no fueron de los más exitosos. “Cuando éramos chicos ninguno estaba desarrollado, éramos todos enanos y nos cansamos de perder en todo lo que jugamos. Recién en Sub 18 se definió la camada que después llegamos todos a Primera con Franco Olariaga y Emiliano Pon y yo, que soy un año más chico que ellos entonces siempre había un año que quedaba sólo, el único categoría 1993 y perdíamos siempre. En Sub 23 era capitán y todo, pero igual no ganábamos nunca”.
“Para mí Nicolás Vega, Hernán Francucci y el Tili Astesana son referentes. Aprendí mucho de ellos y son ídolos como jugadores y como personas. Por ser un central bajo pero con salto tengo un tiempo distinto, la impacto cuando va subiendo y eso lo aprendí de la Garza (Francucci)”, destacó.
Pero en este Jujuy Vóley cuenta con Miguel “Tucu” Juárez como técnico, quien fuera su entrenador en todas la etapa de inferiores. “Empecé con él, que me enseñó toda la técnica y aprendí mucho gracias a él, es el que más me conoce y sabe lo que puedo dar”, contó el jugador cordobés que elige al vóley y el fútbol como sus deportes preferidos.
“Mi gran frustración es nunca haber podido jugar un Campeonato Nacional de Selecciones”, dijo Roldán y agregó: “El Tucu me dejó afuera de un Nacional y un Binacional en el 2010, es el único reproche que le puedo hacer al tucumano, jaja”. Al año siguiente tuvo un pequeño desquite cuando tuvo la chance de ir a los Binacionales en San Juan.
El estudio primero, la Liga después
Desde hace un par de años que Sabino Roldán viene amagando con incursionar en la Liga A2, algo que él vivía como cuenta pendiente. En un primer caso en Rivadavia, ya tenía unas vacaciones previstas y en 2017 (con chance en Jujuy también) optó por priorizar su carrera. Los tiempos de la Liga no eran compatibles con la posibilidad de entrar a las prácticas en el Club Talleres y decidió priorizar el estudio en el año que se recibiría.
“Siempre postergué la Liga por estudiar y cuando me recibí a fines del año pasado sentí que este era el momento indicado para vivir esta experiencia y después ver qué hacer y si me gusta o no”, relató Roldán. No obstante y a pesar del sueño que está viviendo hoy en Jujuy, también piensa en su futuro como kinesiólogo.
Con respecto a esto, el jugador de 24 años que busca especializarse en la kinesiología deportiva, explicó: “Esta Liga fue una experiencia muy positiva. El día de mañana si consigo un buen trabajo en lo mío va a ser difícil jugar una Liga, ya veré qué hago, pero a nivel local voy a seguir jugando”, y agregó que le gustaría trabajar en el vóley o en el fútbol en su especialidad.
La Liga A2 en Fundación Jujuy Vóley
Finalmente, en 2018 se está dando el gusto de jugar la Liga A2 y la llegada a Jujuy tuvo sus condimentos extras que hicieron más ameno su desempeño. “Que esté el Tucu (Juárez), que me conoce y sabe lo que yo puedo dar fue una ventaja para mí y me dio tranquilidad. Además, tengo como compañeros a Franco (Olariaga) o Marco (Soncini) que ya los conocía.
“Todo fue muy nuevo para mí, pero me integraron bárbaro y siempre mis compañeros me dieron mucha confianza. Sánchez me sacó la ficha al toque en mi juego y eso me hizo todo más fácil” destacó y completó: “Llegué como segundo o tercer central y por suerte tuve la chance de jugar un montón de partidos y de afirmarme entre los titulares. Si tuviera que decir algo que me sorprendió es la naturalidad con la que tomé todo esto, nunca me puse nervioso a pesar de las instancias que hemos jugado y tal vez eso se da porque estoy jugando la primera Liga a los 24, más maduro”.
Claro está, el comentario del central de 1,85 que llegó lejos en esta Liga es un denominador común, pero él mismo se encargó de romper con el mito del central bajo que no puede jugar, al menos en esta A2. “Es una satisfacción para mí saber que estuve a la altura, nunca me sentí superado y estuve parejo con todos los centrales de la Liga”.
Por supuesto que no faltan las anécdotas a lo largo de esta Liga: “Me echaron de un entrenamiento por tener dos errores seguidos”, contó entre risas y también dijo que zafó del bautismo por ser uno de los más grandes y que lo bancó Nicolás Sánchez.
¿Cómo es vivir cuatro meses en Jujuy?
Es una ciudad pueblo, con mucha juventud en el verano y muy conectada con la naturaleza. Pude visitar Purmamarca, Volcán, Tilcara y Humahuaca, todos lugares muy lindos. Tal vez lo único negativo es que los viajes fueron muy largos porque estamos lejos de todo. La gente nos trata fantástico y está muy cerca del equipo y eso se refleja también en lo bien que nos fue jugando de local. Nos reconocen en la calle, nos brindan su apoyo y hasta han viajado de visitante también”.
Los momentos de la Liga hasta el ascenso
Jujuy Vóley arrancó la Liga ganando los primeros cuatro partidos en casa, pero después el rendimiento como visitante no fue el esperado y perdió una serie de partidos que lo llevaron a que corra serio peligro la clasificación a los Cuadrangulares.
“El momento más difícil fue cuando perdimos con Tunuyán 3-1 en Mendoza jugando muy mal. Ahí realmente se complicó porque teníamos que ganarle al puntero para pasar. Con Calera nos soltamos y con Rivadavia empezamos muy bien pero al perder el tercer set volvió la incertidumbre. Por suerte ganamos 3-1 y clasificar fue un alivio muy grande”, relató el central.
“Creo que pasar esa situación tan difícil no sólo nos dio una alegría enorme sino que nos fortaleció como equipo y además fuimos al cuadrangular que queríamos ir: el de San Juan. De ahí en adelante levantamos y crecimos mucho”.
Jujuy Vóley pasó a estar en boca de todos, no solamente por sus resultados, sino también por el nivel de juego que demostró en los dos cuadrangulares y en semifinales. Allí le ganó a candidatos como San Martín, San Lorenzo y Policial para llegar a la final.
“El ascenso fue algo único. Nunca hubo tanta gente como ese día en el estadio y lo viví con mucha emoción. Que en mi primera Liga me toque jugar y ascender, con el técnico que me formó como jugador y es amigo y al lado de jugadores que también son mis amigos es muy lindo. Además me pone contento por los jugadores locales, los más chicos, que ahora van a tener la posibilidad de vivir la continuidad de todo esto que está pasando”.
Desde Jujuy,
María Eugenia Candal
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