“Convocatoria de jugadoras para el primer equipo de Urquiza Vóley”. Así, tres años atrás en redes sociales, el entrenador Nicolás Alí comenzaba el intento de reconstrucción de un equipo que se encontraba en la 3° División de la Federación Metropolitana y que había ascendido de la Tira D a la C. Fue la vuelta del DT al club, que había sido su primera experiencia en el rol para el ex armador.
¿Los primeros pasos? “Pintar la cancha y publicar en redes”. Todo con mano propia.
Cuenta Alí: “En el primer año volvieron muchas jugadoras que eran del club y que se habían ido a jugar a otras instituciones a jugar, y también se sumó un grupo importante de amigas que jugaban juntas en la UNILIVO y que eran ex jugadoras del Club Pinocho”.
Así arrancó la historia, en el boca a boca, en la emoción del regreso y en la ilusión de un proyecto. “Con ese plantel nos metimos octavos en la rueda clasificación y en campeonato logramos ir escalando hasta quedar segundos y conseguir el ascenso a Segunda en nuestro primer año”, recuerda el ex UBA.
Para el segundo año los refuerzos cumplieron otras características y necesidades para la categoría: “Jugadoras de experiencia”. ¿Qué pasó? Tan sólo por un punto, en duelo decisivo, Urquiza perdió el ascenso a Primera. En el playoff el equipo no pudo cambiar la historia.
“Por este año la apuesta fue máxima. Se incorporaron al plantel muchas jugadoras con experiencia en Primera y División de Honor, por lo tanto desde el principio el objetivo era sólo uno… Salir primeros y ascender”, reconoce Alí.
¿Cuál es la razón del ascenso?
“Ascendimos porque hicimos una gran primera parte en la ronda clasificación con un sólo partido perdido 3-2 y eso nos dio un buen puntaje inicial de cara a la fase de ascenso. El equipo trabajó muy fuerte durante todo el año desde lo físico, más aún en este último periodo, también preparándonos para lo que es el playoff por el ascenso a División de Honor. Creo que tenemos un equipo con jugadoras de gran experiencia (¡muchas de ellas ex jugadoras de División de Honor!)”
“Humildad para reconocer los errores y persistencia para corregirlos. Gracias jugadoras por la entrega”, posteó Alí en sus redes sociales a modo de celebración y homenaje a sus jugadoras, esas que van reconstruyendo la identidad de Urquiza Vóley. Claro, en cada festejo, en cada paso, allí está su familia mezclada, para hacer del esfuerzo una historia de vida.
¿Su orgullo? “Estamos volviendo a llevar a Urquiza al lugar donde lo habían dejado Néstor Pereyra y Vanina Domke. Ambos llegaron a instancias finales sin poder lograr el ascenso a División de Honor. Hoy queremos romper ese techo y poder dar el salto. Llegar a lo más alto del vóley metropolitano”, dice Alí mientras dispara sus recuerdos… “Se me viene a la cabeza cuando era asistente del equipo que peleaba por ascender a División de Honor, con el gimnasio lleno y hasta una pantalla gigante transmitiendo el partido en vivo para la gente que no entraba en el gimnasio y lo veía desde el Hall de entrada”. Otras épocas, y un cuidado trabajo de retorno a la importancia de un club, de todos los clubes, en el corazón del voleibol argentino.
Martín De Rose